En España destaca la ampliación de plazas de acogida y la apertura de los CREADE como buenas prácticas a replicar
En el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) destaca que la Unión Europea ha demostrado que puede estar a la altura y garantizar la protección en tiempo récord, evitando así «más muertes y sufrimientos innecesarios”. Una respuesta que contrasta con la que se sigue dando a personas que tienen que huir de situaciones similares, como las que sufren en Siria o Turquía, especialmente tras el terremoto que devastó zonas en las que vivían personas refugiadas.
La activación por primera vez en la historia de la Directiva de Protección Temporal ha permitido ya a casi 4 millones de personas ucranianas encontrar refugio rápido en toda la UE. El gran reto ahora pasa por reaccionar de la misma manera ante presentes y futuras crisis para que la respuesta a la invasión de Ucrania se convierta en un “punto de inflexión en materia de protección y no en la excepción”, según CEAR.
Por eso, reclama que en el nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo se mantenga este instrumento y no se sustituya por la propuesta de protección inmediata, menos garantista. Además, plantea la creación de una plataforma de solidaridad basada en los principios de responsabilidad compartida para repartir esfuerzos en la respuesta y reclama a todos los Estados miembro que supriman a Ucrania de la lista de países seguros.
“La invasión de Ucrania ha demostrado que la resolución eficaz de las crisis de desplazamiento forzoso pasa por garantizar los derechos y el acceso a la protección. Solo hace falta voluntad política”, afirma Estrella Galán, directora general de CEAR.
Garantizar protección sin discriminación
La ONU y organizaciones internacionales han documentado asesinatos de periodistas, desapariciones forzadas, torturas, violencia sexual contra mujeres y niñas… Más de 8 millones de personas han tenido que huir de Ucrania desde que comenzó la invasión, el mayor éxodo forzoso desde la II Guerra Mundial, y la situación de crisis humanitaria en el país invadido no ha hecho más que agravarse. “Nunca pensé que algún día pudiese abandonar Ucrania de esta forma”, lamenta Julia, refugiada ucraniana que tuvo que huir junto a su hija.
Sin embargo, pese a que el final de la guerra aún parece lejano, CEAR alerta de que muchas personas están retornando a Ucrania para buscar a sus familiares, por lo que considera imprescindible que los países mantengan abiertas las fronteras para facilitar la salida y entrada de la población civil. Asimismo, recuerda a los Estados miembro que la Directiva de Protección Temporal incluye a todas las personas que hayan salido de Ucrania, sin tener en cuenta su nacionalidad o situación administrativa.
Paralelamente, muchas personas rusas que se oponen a la invasión también tienen que huir de sus hogares. Cerca de 700 personas de este país solicitaron asilo en España en 2022, sobre todo a raíz del reclutamiento forzoso, un 74% más que el año anterior. A estas se suman activistas, opositores y personas LGTBI que buscan refugio en España desde hace años.
Acogida e inclusión social en España
A lo largo de este año, España ha acogido y otorgado protección temporal a más de 168.000 personas refugiadas procedentes de Ucrania, de las que un 33% son niños y niñas. CEAR celebra los esfuerzos del Gobierno español para ampliar el número de plazas de acogida hasta las 21.000 y la innovadora puesta en marcha de Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE), en los cuales ha sido posible registrar, documentar y garantizar la protección en tiempo récord a las personas ucranianas. Por eso, propone mantenerlos como “ventanillas únicas de asilo” para todas las nacionalidades, con el fin de agilizar el procedimiento de protección internacional a todas las personas solicitantes de asilo que llegan a nuestro país, con independencia de su lugar de procedencia.
Por último, pone en valor la movilización solidaria de la población española durante este año, que representa “el verdadero efecto llamada”. Aunque recuerda que el principal desafío al que se enfrentan todas las personas refugiadas, incluidas las ucranianas, es encontrar una vivienda digna y un empleo para que puedan rehacer sus vidas sin ningún tipo de discriminación. Para ello, es imprescindible seguir contando con la implicación de toda la sociedad.