La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) asegura que pese que nunca antes se habían producido tantas llegadas de personas migrantes en un solo día, lo ocurrido en Ceuta «nos puede servir para aprender varias lecciones para que no se repita esta emergencia humanitaria provocada»
La entrada de más de 8.000 personas a la ciudad de Ceuta y la posterior devolución de más de la mitad de ellas en apenas 36 horas se trata de «un acontecimiento dramático del que estamos obligados a analizar para obtener conclusiones que nos ayuden a no repetir errores, pero también recordar advertencias y propuestas que numerosas entidades de derechos humanos como CEAR, llevan años poniendo encima de la mesa», aseguran en un comunicado de prensa de la entidad humanitaria.
CEAR recuerda que «como ya se vio con Turquía o Libia, se demuestra una vez más que la política europea de externalización de fronteras, a cambio de cifras millonarias, antes o después acaba en fracaso. Subcontratar a países que no respetan los derechos humanos como gendarmes para controlar nuestras fronteras exteriores, no solo provoca que miles de personas vean vulnerados sus derechos con nuestra connivencia, sino que a medio plazo nos acaba convirtiendo en víctimas de continuos chantajes«.
CEAR afirma que las expulsiones de marroquíes han sido «devoluciones exprés»
Según la entidad, «las expulsiones que se han realizado en las últimas horas en Ceuta, justificadas en el marco del acuerdo entre España y Marruecos, son “devoluciones exprés” o “en caliente”, pero en definitiva son devoluciones ilegales contrarias al derecho internacional«. Además, recuerdan que «así lo han confirmado las sentencias tanto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo y del Tribunal Constitucional español que exigen que las devoluciones en frontera deberán llevarse a cabo con garantías, en el marco de una identificación individualizada (nunca colectiva), con el fin de poder hacer una detección de perfiles vulnerables y garantizando el acceso a la tutela judicial efectiva. En la medida que en las devoluciones en Ceuta no ha existido un recurso efectivo, y en ausencia de procedimiento, se han incumplido las garantías legales exigidas».
«El control de las fronteras es soberanía de los Estados, pero no todo vale para llevarlo a cabo. Si se realizan devoluciones deben hacerse con garantías y en cumplimiento de los derechos humanos» critican en su comunicado. Para la organización el alto número de llegadas «no puede servir de excusa para eludirlo» y creen que «no se ha garantizado la tutela judicial efectiva que prevé la ley, y por tanto estas devoluciones serían ilegales».
Desde CEAR recuerdan que «el respeto a estas garantías no es una cuestión formal, sino que es lo que permite tener posibilidad real de identificar perfiles vulnerables entre quienes llegan casos de menores de edad, víctimas de trata o personas que huyen de la guerra o de una persecución y que por tanto tienen derecho a pedir asilo en nuestro país».
«Las autoridades no pueden saltarse la legislación»
La organización de derechos humanos reconoce que «aunque es evidente que la llegada de un número tan elevado de personas en tan poco tiempo es algo muy complejo de gestionar, la respuesta de las autoridades no puede ser ni saltarnos nuestra propia legislación ni un discurso alarmista, más propio de un conflicto armado, que presenta a las personas migrantes como una amenaza para la seguridad del país, que solo justifican posteriores discursos de odio y actos de discriminación y violencia«. CEAR asegura que «es necesario un compromiso de responsabilidad para que no se utilicen estos dramas humanitarios para hacer oposición, porque los discursos del odio ponen en riesgo la convivencia social«.
Europa no debe «ceder al chantaje» de Marruecos
«Las vidas humanas no pueden convertirse en peones sacrificados en una suerte de partida de ajedrez diplomática. Parece claro que así es como ve Marruecos a las personas que quieren llegar a España, pero la Unión Europea no debe ceder al chantaje y abandonar al pueblo saharaui como cesión ante las presiones del país vecino» relatan desde la organización.
En esta línea, reclaman un nuevo enfoque en las políticas migratorias, porque «las cifras, las declaraciones altisonantes y los desacuerdos entre países no pueden apartar nuestra mirada del problema central. La pobreza y falta de oportunidades agravadas por la pandemia, el cambio climático, la vulneración de derechos humanos, los conflictos silenciados y el acaparamiento de recursos por parte de los países del Norte, es lo que conduce a que miles de personas no tengan otra alternativa que migrar, y exige un nuevo enfoque en las políticas migratorias«.
Según CEAR, la mirada «a corto plazo, centrándonos principalmente en el control de fronteras y tratando de poner parches a las consecuencias de estas políticas, sin abordar en profundidad las causas que lo originan, y sin poner en marcha vías legales y seguras para poder desarrollar una migración más ordenada y estratégica, es precisamente lo que nos ha llevado a errar una y otra vez».