En 1991 Marruecos y el Sáhara Occidental firmaron el alto el fuego con el compromiso de que se celebrara un referéndum que debía promover la ONU. Casi 30 años después no ha habido ningún avance y el pasado 14 de noviembre el Frente Polisario dio por rota la tregua en respuesta al ataque perpetrado por las fuerzas marroquíes a manifestantes pacíficos en territorio saharaui. Desde CEAR denuncian que «la crisis prolongada que se vive en el Sáhara Occidental ha ido desapareciendo de la atención de la comunidad internacional, pero las violaciones de derechos humanos persisten»
El Ejército de Marruecos rompió el alto el fuego pactado con el Frente Polisario en 1991 en la zona desmilitarizada de El Guerguerat, «como consecuencia de una manifestación legítima del pueblo saharaui que pretendía defender su territorio de la extracción de recursos por parte de Marruecos» aseguran desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
Desde la organización recuerdan que «hace ya 45 años que Marruecos invadió el Sáhara Occidental y a día de hoy todavía no se ha logrado estabilizar la zona, pese al despliegue de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) que tenía el objetivo de cooperar en la celebración de un referéndum de autodeterminación que aún no se ha producido».
Según apunta CEAR, «esta situación ha ocasionado la huida de miles de personas saharauis que viven refugiadas desde hace años en varios campamentos en Argelia y en otros lugares». Además, señalan que «la crisis prolongada que se vive en el Sáhara Occidental ha ido desapareciendo de la atención de la comunidad internacional, pero las violaciones de derechos humanos persisten. A día de hoy, Marruecos controla cerca de un 80% de la zona y la proporción de saharauis viviendo en el Sáhara Occidental es cada vez más reducida».
La situación que se vive en el Sáhara Occidental «es un reto importante para la solidaridad y el compromiso con los derechos humanos por parte de la comunidad internacional, especialmente de España, por los vínculos históricos existentes con el pueblo saharaui», es por ello que CEAR ha mostrado su solidaridad con el pueblo saharaui, condena «los constantes ataques a la población civil y la violencia que padecen ejercida por el ejército marroquí» y pide al Gobierno de España que «reanude las actuaciones para que pueda celebrarse un referéndum de autodeterminación del Sahara Occidental», además considera que la ONU y la MINURSO deberían garantizar el mantenimiento del alto el fuego en la zona.