Un buitre leonado que ha sido visto en los acantilados del Recinto, quizá tomando un descanso para afrontar los miles de kilómetros que le esperan por delante. Algunos viandantes que caminaban por el recinto han sido testigos del ataque de unas territoriales gaviotas que le han acosado hasta conseguir que abandonara la zona
El coronavirus ha paralizado prácticamente a todo el planeta, pero para la vida salvaje, sus ciclos continúan y así lo demuestran las numerosas especies de aves que han podido visionarse en su paso migratorio a través del Estrecho.
Pardelas cenicientas, alcatraces, gaviotas o frailecillos, son algunas de las aves que, cada año, atraviesan los 19 kilómetros marítimos que los separan de su ciclo migratorio hacia Europa o África.
Muchas de estas aves suelen descansar en tierra para reponer fuerzas antes de continuar su duro viaje y así algunas personas que caminaban por zonas cercanas a la costa han podido observar a especies que tomaban tierra esperando retomar el trayecto.
Es el caso de un buitre leonado que ha sido visto en los acantilados del Recinto, quizá tomando un descanso para afrontar los miles de kilómetros que le esperan por delante. Algunos viandantes que caminaban por el recinto han sido testigos del descanso de un buitre leonado en su paso migratorio. El animal ha sufrido el ataque de unas territoriales gaviotas que le han acosado hasta conseguir que abandonara la zona.
Es el segundo buitre que se ha divisado en estos días aunque, desgraciadamente, en el otro caso el final fue dramático, ya que el animal cayó agotado al agua, mientras era acosado por las gaviotas. Aunque se alertó a las autoridades, el rescate no llegó a tiempo y, finalmente, el animal murió ahogado.