Pese a que el ministro de Sanidad haya rebajado el tono en su última comparecencia asegurando que el brote en Ceuta «está controlado» y que por el momento la ciudad seguirá en fase 2, la situación es bastante seria. Hemos retrocedido más de un mes y los nuevos contagios podrían ser más virulentos y graves que los anteriores. Ya lo adivirtió el INGESA: los patógenos de SARS-CoV-2 que van sobreviviendo «son los más fuertes»
Volver a la fase 0 supondría volver a la etapa más dura del confinamiento y que esos cientos de negocios, servicios, empresas, etc., que vuelven poco a poco funcionar viesen cortado de raíz el poco progreso que hayan conseguido en estos días para reponerse del golpe económico provocado por la COVID-19. Supondría no poder salir siquiera a pasear con un conviviente y mucho menos ir con el/la niño/a a hacer la compra. Sería un desprecio colectivo del pueblo caballa -por culpa de unos pocos, pero pagamos todos- al esfuerzo del personal sanitario. En definitiva, supondría volver a la casilla de salida en la que nos situamos ya el 15 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma en todo el país.
Sin embargo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado esta tarde, durante su comparecencia ante los medios, que en la ciudad «ha habido un brote, pero ya está bajo control» y ha señalado que se ha respondido con un «mecanismo precoz» para corregir dicho brote. Illa ha culminado asegurando que «si las cosas se hacen bien, Ceuta no tiene por qué retroceder» y que ello dependerá de la evolución de la pandemia en la ciudad.
A partir del próximo lunes 1 de junio el 70% de toda España pasará a la fase 2, serán 32 millones personas, mientras que en la fase 1 la cifra se sitúa en un 30% (15 millones de personas). Solo 45.000 personas se situarán en la en fase tres, los ciudadanos de Formentera, La Gomera, El Hierro y La Graciosa. Ceuta, que ya disfrutaba -y lo seguirá haciendo por ahora- de esta fase se planteaba incluso, dados sus buenos datos hasta esta semana, solicitar la entrada a la fase 3 una semana antes de lo previsto. Una idea que ahora queda totalmente descartada en vista al rebrote producido en los últimos días y con el que la ciudad pasa de ser ejemplo para otras comunidades autónomas, a convertirse en centro de atención mediática por la irresponsabilidad ciudadana. En todo el país en las últimas 24 horas se han registrado menos de 200 contagios y solo en Ceuta un total de 16.
Una fiesta de cumpleaños parece ser el origen de dos de los últimos contagios y un elevado número de personas en estudio y aislamiento domiciliario. Los datos son preocupantes y así lo ha hecho saber esta mañana el consejero de Sanidad, Javier Guerrero, en su comparecencia diaria para dar cuenta de la situación en la ciudad. En pocos días, se ha elevado la incidencia de contagios por encima, incluso, de varias de las comunidades más afectadas, y Ceuta se sitúa ahora en un panorama nada alentador, peor que el vivido en marzo cuando la pandemia apenas empezaba a hacer notar sus efectos en una ciudad, al parecer más razonable que en este mes de mayo, donde todo indica que el haber alcanzado la fase 2 se ha convertido en motivo de relajación para la ciudadanía.
Ceuta ha conseguido que el número de ingresos hospitalarios haya sido bajo durante el confinamiento, un hecho que ha permitido a las autoridades sanitarias manejarse con la tranquilidad de saber que esa tan temido colapso sanitario era improbable. Sin embargo, las cepas de SARS-CoV-2 que van sobreviviendo a medida que la transmisión de la enfermedad se reduce, serían, según Jesús Lopera, director territorial del INGESA, «las más fuertes» ya que el virus estaría pasando por una especie de «selección natural» al frenarse su capacidad de transmisión y las cepas más débiles y que, por tanto, atacan con menos fuerza al organismo, son las primeras que van desapareciendo.