En el vídeo promocional del programa de Telecinco «España mira a La Meca» se incluye un brevísimo testimonio de la vicepresidenta segunda de la Asamblea, Mayda Daoud, quien asegura, textualmente: “Ceuta de por sí es racista”. A raíz de estas desafortunadas declaraciones de la representante del PSOE, se ha liado parda en nuestra ciudad.
El PP de Ceuta, que gobierna en la Asamblea, ha manisfestado que no pueden tolerar que un representante institucional de todos los ceutíes realice tal afirmación, cuando no se ajusta a la realidad y acusa injustamente de forma generalizada a toda la sociedad. Afirman que Ceuta no es racista, sino una ciudad que es modelo de convivencia, y donde todos trabajamos día a día para hacer un lugar mejor. Con este fin ha lanzado con un pequeño vídeo en el que un grupo de personas de Ceuta aseguraban a cámara que Ceuta “no es racista”.
En el otro extremo, Podemos ha lanzado un comunicado muy crítico con el Partido Popular, al que acusan de estar haciendo “manipulación emocional” y una “utilización política” de las declaraciones de la diputada socialista en la Asamblea. Han manifestado que esta “manipulación”, supone un “insulto a la inteligencia y a la decencia política”.
Es cierto que las generalizaciones no son buenas. Ni toda la Ceuta en su totalidad es racista en sí, ni toda la población de Ceuta es modelo de convivencia.
Independientemente de las posturas individuales existen unas actitudes estructurales, unos hábitos, anclados en mucha de la población ceutí, que son dignos de analizar y revisar para poder, de verdad, acercarnos a la Ceuta intercultural que algunos preconizan existe, por la que tenemos que seguir luchando, si queremos, de verdad, una sociedad caballa más justa y solidaria, ya que la realidad es desigual e injusta.
Bienvenida la polémica si de ella se saca alguna luz.
En 1986, dos psicólogos sociales, Samuel L. Gaertner y John F. Dovidio, acuñaron el término «racismo aversivo» para definir el racismo de quienes no se consideran racistas. De aquellos que comienzan sus frases con un «yo no soy racista, pero…» o de quienes hacen bromas racistas como si no tuvieran consecuencias. Este tipo de actitudes se conocen como microrracismos.
Bela-Lobedde prefiere no utilizar ese término. «Al igual que ocurre con la palabra micromachismos, parece que al tratarlos de micro se les minimiza, como si tuvieran menos importancia, y se acaban normalizando», explica. «Yo prefiero hablar de racismos cotidianos«.
Voy a reflejar, para que reflexionemos, algunas de las frases que se oyen habitualmente en nuestra ciudad, que comienzan por:
YO NO SOY RACISTA PERO…
Ellos son…., nosotros somos….
Es que al final les tira lo suyo
No se adaptan
Es que nos están invadiendo.
Si yo voy a su país tengo que respetar su cultura, que respeten ellos la nuestra cuando vienen.
Es que no se pueden celebrar tantas fiestas.
Es que se llevan todas las ayudad sociales.
Es que para que te adjudiquen una casa tienes que se musulmán.
No llevaría a mi hijo a un cole con muchos musulmanes o inmigración porque no avanzan al ritmo que toca.
No quisiera que mi hijo/hija se casara con una persona de otra religión.
Éstas y otras muchas frases que seguro conocéis y os invito a añadir, dan para pensar que hay mucha hipocresía, que CEUTA ENTERA NO ES RACISTA PERO….