La joven empezó a notar los primeros síntomas el 21 de marzo y no fue hasta 13 días después cuando le dieron los resultados. Asegura que, a pesar de llamar a diario a los servicios médicos, no le realizaron el test alegando que se trataba de un simple resfriado o una gripe. Días después recuerda la experiencia y dice haberse sentido «abandonada», además de notar la falta de «empatía» de algunos sanitarios
La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto distintas carencias en materia de sanidad o incluso organización y son algunas de estas carencias las que han llevado a que algunos ciudadanos hayan vivido situaciones de incertidumbre, desesperación y miedo. El caso de Ana (nombre falso que daremos a esta ceutí para mantener su anonimato) es claro reflejo de ello. Tardó más de una semana en conseguir que le realizaran el test para determinar si era positiva en coronavirus. La prueba, efectuada casi diez días después de manifestar los primeros síntomas, confirmó lo que la joven ya sospechaba: era un positivo más de la larga lista de contagiados que registra la ciudad desde que el pasado 15 de marzo se hiciera público el primer caso.
Para Ana, el día 21 del mismo mes comenzó a presagiar que algo no iba bien. “Volví del trabajo y noté que tenía frío y algo de fiebre, lo que me alarmó porque normalmente no tengo. Tenía 37 y algo, por lo que me acosté una siesta y al levantarme ya había subido a 38,9”.
Preocupada por lo que era un claro síntoma de coronavirus, Ana decidió encerrarse en su dormitorio para evitar contagiar a sus padres y hermana, con los que vive. “Llamé al número 900 para informarme y me dijeron que no todo el que llama con fiebre tiene coronavirus. Entonces telefoneé al 061 y allí me comentaron que me tomara un paracetamol y me encerrara en mi cuarto sin abrir la puerta a nadie, que es lo que estaba haciendo desde las cuatro de la tarde”.
Tras estas primeras indicaciones, Ana no volvió a recibir ninguna llamada más, “a pesar de que me dijeron que me llamaban el domingo”, por lo que el lunes optó por comunicarse con su médico de cabecera para saber si podía incorporarse a su trabajo, en el que está en contacto directo con el público.
Cuatro días después, y sin haber recibido ninguna notificación por parte de los sanitarios, optó por volver a llamar. “Se pusieron a gritarme diciéndome: ‘Tienes un resfriado. Todo el mundo está igual con las paranoias. Esto es psicológico, estamos desbordados”.
“Terminé llorando de impotencia. Me dejaron rota. Siguen el protocolo sanitario, pero algunos no tienen empatía. Decidí insistir por la tarde y finalmente conseguí que me mandaran una ambulancia”, explica Ana, para quien no había terminado la odisea hasta conseguir que le realizaran el test del Covid-19.
La trasladaron hasta el hospital y en Urgencias volvió a escuchar las mismas palabras. “Un médico me dijo que tenía bien la saturación, que era un resfriado común o una gripe y que tenía que tomar mucha agua y paracetamol. El tema de la saturación no es cierto, yo la tenía bien, lo que se supone que es síntoma de que no estas contagiado, pero no es así. Es una enfermedad nueva y aún desconocen muchas cosas”, se lamenta.
Continuas llamadas a los servicios sanitarios
Durante los días siguientes continuó llamando al 061 para conocer qué debía hacer y si iba a ser sometida a la prueba del coronavirus. No fue hasta diez días después de haber notado los primeros síntomas, y tras recibir la llamada de Sanidad, cuando finalmente se trasladaron a su domicilio para hacerle la prueba. Tres días más tarde conoció el resultado: había dado positivo en Covid-19. “Si me hubieran hecho el test cuando tuve los primeros síntomas, hubiera sido la quinta contagiada en la ciudad. Cuando me dieron los resultados ya había más de 60 personas afectadas”, ha asegurado Ana, para confirmar la lentitud que caracterizó su caso.
Casi 20 días después de que esta ceutí sospechara que podía ser una nueva víctima de esta pandemia, asegura haberse sentido “abandonada y, sobre todo, con mucho miedo de contagiar a mi familia y mi padre, que es de riesgo”.
Al margen de la enfermedad, su experiencia antes de conocer que era un caso más de coronavirus no ha sido para nada positiva. “¿Esperan que se contagie una familia entera antes de hacer las pruebas? No es normal que cuando alguien está contagiado lo dejen en su casa, eso te deja psicológicamente muy mal, con mucho miedo a que los demás también enfermen”.
Con esperanzas para superar la enfermedad
Afortunadamente ya se encuentra mejor y así lo reflejan sus palabras: “El virus no ha podido conmigo y voy a terminar de vencerlo”. Hace unos días recibió una llamada para preguntarle si estaría dispuesta a trasladarse al hotel Puerta de África y terminar ahí su recuperación. “Por supuesto que les dije que sí, cuanto antes, pero no he vuelto a tener noticias de esto”.
Después de lo vivido, Ana pide que el “hospital muestre más empatía y que crean a la gente, que los que llamamos es porque estamos mal. Que no les digan a la gente que es común tener fiebre porque estamos en un momento en que hay que tratar a las personas como posibles casos de coronavirus”.
Ha lanzado un mensaje de ánimo para todas aquellas personas que, como ella, se encuentran en la misma situación: “Si somos fuerte de mente lo superaremos, sino te hundes con él”.
Es el mensaje de esta joven ceutí que ha vivido un calvario hasta que fue escuchada y que se recupera poco a poco con la esperanza de dejar atrás las que seguramente han sido las dos peores semanas de su vida.
Si fuese un politico o un familiar, seguro q le hacian la prueba una y tres veces si fuese necesario. Sai pasa lo mismo que q pasa q cuando les hacen la prueba ya no hay solucion.
Están desbordados si es verdad, y hay poco personal es verdad, que hay pocos profesionales amables es verdad, pero no pueden buscar soluciones a estos casos verdaderos que no son paranoia, porque ya hay algunos casos que habéis mandado a casa y han fallecido, por favor que no se repitan otra vez, y sino te gusta tu profesión que entre otro del paro.