El Gobierno de Chad ha anunciado oficialmente la terminación de su acuerdo de cooperación en seguridad y defensa con Francia. Este acuerdo, que fue revisado por última vez en 2019, ahora llega a su fin tras la reciente visita del ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, al país africano.
En un comunicado emitido por el ministro chadiano de Exteriores, Abderaman Koulamallah, se informó que esta decisión es el resultado de un análisis profundo y marca un punto de inflexión histórico para Chad. ‘Es el momento para Chad de afirmar su soberanía plena y completa y de redefinir su asociación estratégica con las autoridades francesas’, declaró Koulamallah.
A pesar de la terminación del acuerdo, Koulamallah enfatizó que Chad se compromete a seguir los términos establecidos para su finalización y a colaborar con París para asegurar una transición armoniosa. Aclaró que esta decisión no afecta las relaciones históricas y los vínculos de amistad entre ambas naciones.
La noticia ha generado incertidumbre sobre las implicaciones de la ruptura del acuerdo, especialmente en cuanto a la posible retirada del millar de soldados franceses presentes en Chad, el último país del Sahel con presencia militar francesa significativa.
El anuncio se produjo después de que Barrot visitara el campo de refugiados en Adré, una ciudad fronteriza que ha visto un aumento significativo en su población debido a la llegada de refugiados sudaneses. Esta visita fue la primera del ministro francés a África subsahariana desde que asumió su cargo en septiembre.
La decisión de Chad también coincide con la retirada de tropas estadounidenses de la región. En abril, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció la reubicación de la mayoría de sus efectivos en Chad y Níger, en el marco de una revisión de su cooperación en seguridad.
Además, la junta militar de Níger revocó recientemente los acuerdos militares con Francia, lo que llevó a la retirada de fuerzas francesas de ese país, así como de Burkina Faso y Mali. Estos movimientos han ocurrido mientras crece la influencia rusa en la región, desafiando la presencia occidental.
En este contexto, potencias como Francia y Estados Unidos buscan mantener su influencia en países del Sahel cuyos valores consideran más afines, enfrentando una competencia geopolítica cada vez más intensa.