Desde 2016, las estafas digitales han crecido un 508% en España, y los falsos alquileres lideran los fraudes del verano.
Un piso céntrico en Cádiz, fotos irresistibles, un precio imbatible y la urgencia del mensaje: “Decide rápido, se lo están llevando”. Así comienza uno de los timos más recurrentes del verano en España. Quien cae, paga una señal, envía documentación personal… y descubre al llegar que el piso nunca existió. Solo queda el golpe de la estafa y la frustración.
Cada verano, las denuncias por alquileres vacacionales fraudulentos se disparan entre un 30% y 40%, según la Policía Nacional. “Uno de cada tres fraudes online que investigamos durante esta época está relacionado con falsos alquileres”, explica José Ignacio San Segundo, agente del Grupo de Fraude en Comercio Online.
Aunque el esquema básico es conocido, los métodos son cada vez más sofisticados. Los delincuentes copian anuncios reales y los publican en plataformas legítimas, a veces incluso con certificados de seguridad “https”, lo que genera una falsa sensación de confianza. Pero detrás no hay particulares despistados, sino redes organizadas que, además del timo inicial, utilizan los datos personales —como el DNI— para cometer más delitos, incluyendo suplantaciones de identidad.
Más que un timo: un delito en cadena
Los números son elocuentes. Desde 2016, los fraudes online han crecido un 508%, convirtiéndose en la principal forma de ciberdelito. Entre el 87% y el 90% de los delitos denunciados en la red son hoy estafas, suplantaciones o fraudes digitales.
“Internet se ha convertido en un terreno de caza para los estafadores”, afirma San Segundo. Las víctimas no tienen perfil fijo: jóvenes confiados, mayores con poca experiencia digital, incluso usuarios avanzados caen por actuar con prisa y sin verificar.
Por eso, la Policía recomienda extremar precauciones:
- Hacer una búsqueda inversa de las imágenes del anuncio.
- Verificar la dirección en Google Maps.
- Pedir vídeos reales o el número de registro turístico.
- Nunca enviar documentación personal por WhatsApp o email.
- No pagar fuera de las plataformas oficiales.
Especialmente importante es desconfiar si te presionan para pagar fuera de portales como Airbnb, que retienen el dinero hasta que se verifica la llegada al alojamiento.
Denunciar, clave para frenar la expansión del fraude
La colaboración ciudadana es fundamental. “Guardar mensajes, correos y recibos facilita mucho la investigación”, recuerda el agente. Las denuncias permiten seguir el rastro del dinero, identificar a los responsables y prevenir que otros caigan en el mismo engaño.
Gracias a estas denuncias, la Policía ha desarticulado varias redes en los últimos años. En Valladolid, una operación reciente desmanteló un grupo que usaba “mulas” para mover el dinero rápidamente tras las estafas. En Madrid, en una trama similar, cayeron 15 personas con un fraude medio de 350 euros por víctima.
Además, el Ministerio del Interior ha lanzado campañas junto a plataformas como Airbnb y organizaciones como Confianza Online para informar y advertir a los usuarios.
“El delito evoluciona constantemente. Cada nueva medida de seguridad es un reto que los estafadores intentan superar”, concluye San Segundo. Por eso, el mensaje más importante sigue siendo el mismo: “Desconfiar, comprobar y actuar con cabeza”.