Los mercados financieros y las economías mundiales enfrentan hoy el impacto de una nueva escalada en la guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Con la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá, y del 10% a China, el mandatario justifica su decisión bajo el argumento de la seguridad nacional y la lucha contra el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal. Sin embargo, la medida ha sido recibida con escepticismo por economistas y líderes internacionales, quienes advierten sobre las consecuencias negativas para la economía global, incluyendo a los propios ciudadanos estadounidenses.
El anuncio, realizado el viernes, ha provocado caídas generalizadas en los mercados financieros. Los futuros del S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq registraron descensos del 1,7%, 1,2% y 2,2%, respectivamente, mientras que el índice europeo Eurostoxx 50 anticipa una caída del 2,8%. En el mercado de divisas, el dólar canadiense y el peso mexicano sufrieron pérdidas del 2,5% y 1,4%, respectivamente, frente al dólar estadounidense.
Desconcertados los economistas y la comunidad internacional
La decisión de Trump ha generado sorpresa y rechazo en la comunidad económica. Analistas esperaban un enfoque más gradual y estratégico en la guerra arancelaria, y no una medida tan agresiva contra países vecinos con los que Estados Unidos mantiene estrechas relaciones comerciales. Aún más, estos aranceles llegan a pesar de que fue el propio Trump quien impulsó y firmó el acuerdo comercial USMCA, que reemplazó al NAFTA.
La respuesta de los países afectados no se ha hecho esperar. Canadá ha anunciado represalias comerciales sobre exportaciones estadounidenses por 20.000 millones de dólares y prepara una segunda lista de sanciones por 85.000 millones. México y China también han advertido sobre respuestas similares, mientras que la Unión Europea ha declarado que no dudará en tomar medidas en caso de verse afectada.
Un impacto comparable al colapso de Bretton Woods
Según un informe de Deutsche Bank, esta medida representa «el mayor shock comercial desde la caída del sistema de Bretton Woods» en 1971. En el caso de México y Canadá, se prevé que el impacto económico podría ser incluso mayor que el Brexit para el Reino Unido, dado que cerca del 80% de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos.
Los principales medios económicos han criticado duramente la estrategia de Trump. The Wall Street Journal la calificó como «la guerra comercial más estúpida de la historia», mientras que el Financial Times señaló «la absurdez» de estas sanciones. Por su parte, la Cámara de Comercio de EE.UU. ha alertado de que estas medidas encarecerán los precios para los ciudadanos estadounidenses sin resolver los problemas que el presidente busca atacar.
El riesgo de una espiral inflacionaria
Uno de los efectos más inmediatos de los aranceles será la inflación. Larry Summers, exsecretario del Tesoro, advirtió que el IPC podría aumentar hasta un 1% en los próximos nueve meses. El sector agroalimentario y automovilístico serán particularmente afectados, dado que la mayor parte de los aguacates y piezas de automóviles en EE.UU. provienen de México y Canadá. Además, Canadá es el mayor proveedor de energía de EE.UU., abasteciendo con 1.400 millones de barriles de petróleo en 2023, gas natural y electricidad.
La división en la Casa Blanca
Dentro del propio gobierno estadounidense hay posturas encontradas respecto a esta política. Mientras el secretario del Tesoro, Scott Bessent, advertía hace un año sobre los riesgos inflacionarios de los aranceles, el presidente del Consejo de Asesores Económicos, Stephen Miran, sostiene que un arancel óptimo del 20% al 50% podría beneficiar a la economía estadounidense. No obstante, esta teoría solo funciona si los países afectados no toman represalias, lo que ya ha sido descartado por México, Canadá y China.
Trump desafía a la comunidad internacional
El propio Trump ha admitido que los aranceles «podrían causar algo de dolor» a los ciudadanos estadounidenses, pero insiste en que «valdrá la pena». Su objetivo final parece ser el renacimiento industrial de EE.UU., aunque economistas y analistas advierten que estas medidas podrían conducir a la autarquía, un modelo económico inviable en el actual mundo globalizado.
¿Un conflicto comercial temporal?
Goldman Sachs ha planteado una posibilidad optimista: que los efectos adversos de estos aranceles sean tan severos que obliguen a la Casa Blanca a revertirlos o moderarlos en el corto plazo. Sin embargo, la incertidumbre sigue dominando los mercados y la economía mundial. Mientras tanto, México, Canadá y China ya preparan sus propias represalias, avivando el temor de que esta sea solo la primera fase de una guerra comercial a gran escala.
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