Ante la publicación de informaciones inexactas, que no se corresponden con la realidad, respecto a las medidas tomadas para la erradicación del foco de rabia declarado en la ciudad, la Consejería de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad considera que debe realizar las siguientes aclaraciones:
- Ninguna de las eutanasias practicadas ha sido por error, tal y como se ha publicado por parte de algunos medios de comunicación de manera distorsionada y torticera, como tampoco se corresponde con la realidad el número de animales a las que se le ha aplicado. Este tipo de informaciones atentan además contra la dignidad de los profesionales que están trabajando intensamente para contener el foco de rabia.
- Las eutanasias realizadas han sido minimizadas todo lo posible, en aplicación del Plan Nacional de Contingencia de Rabia, que está elaborado por una Comisión Técnica de expertos constituida por representantes de las CCAA (de Sanidad Animal y Salud Pública), de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, representantes del Ministerio de Sanidad, representantes del Instituto de Carlos III, del Ministerio de Economía y Competitividad, inspectores de salud pública y sanidad animal de las entidades, así como, las autoridades locales en la materia, incluyendo los Cuerpos de Seguridad. Este plan está redactado al amparo de todas administraciones citadas, cuenta además con las directrices de la Unión Europea y de Organizaciones Supranacionales con competencias en la materia: OIE (Organización Mundial de Salud Animal) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- La ausencia de aplicación de protocolos en la Asociación Protectora de Animales y Plantas, en cuanto a socialización, desparasitación, identificación y vacunación, ha sido lo que ha desencadenado la situación actual.
- Los técnicos de esta Consejería, a pesar de que no se han aplicado por parte de la asociación los correspondientes protocolos de seguridad, han conseguido realizar aislamientos seguros de animales en las instalaciones de la Protectora, lo que ha reducido el número de eutanasias en más de un 75 %.
- La enfermedad de la Rabia se desarrolla cuando el cerebro del animal está infectado. Hasta ese momento no aparece sintomatología clínica, -y no siempre-, teniendo una progresión rápida y fatal, por lo que la única forma de diagnosticarla es postmorten.
- Por lo tanto, no existe detección precoz de la enfermedad y para controlar un foco, se debe actuar lo más rápido posible, procediendo a las eutanasias necesarias (de aquellos carnívoros que han tenido contacto o se encuentran desprotegidos de la vacunación), sin esperar en ningún caso el desarrollo de sintomatología, lo que supondría la declaración de nuevos focos, e incluso, la progresión de los niveles de alerta, debiendo aplicar nuevamente todas las medidas del Plan de Contingencia y aumentando los plazos de restricción de movimientos durante seis meses desde la declaración del último foco, así como, la posibilidad de ejecución de medidas mucho más estrictas, si aumentase el nivel de alerta.
Por último, debido al curso de esta enfermedad y de su grave riesgo para la salud pública y animal, que es letal en el 100 % de los casos, se debe proceder a las eutanasias, antes de que el animal sea infeccioso. Por lo tanto, el resultado negativo en laboratorio indica que se está controlando correctamente la posibilidad de extensión del foco (antes de su llegada a sistema nervioso central, que en pocos días lo convertiría en transmisor de Rabia) y en ningún caso, que el mismo no se encuentre infectado del virus de la Rabia, por lo que de ninguna manera se puede hablar de errores en la aplicación de medidas, sino de una correcta, pronta actuación y organización de los Servicios Veterinarios Oficiales que tienden a la erradicación del foco a los seis meses de su declaración, siendo el tiempo mínimo que establece el Plan de Contingencia