El pasado fin de semana, de acuerdo con lo publicado por los medios locales, se calcula que unas 128 personas, muchas de ellas menores de edad, han llegado por vía marítima a costas ceutíes. Aprovechando el temporal, que provocó olas de hasta cinco metros, las personas de origen magrebí han atravesado la frontera a nado. Salvamento marítimo de la Guardia Civil desplegó sus efectivos, no obstante insuficientes en comparación con la cantidad de personas a ser rescatadas.
Desde No Name Kitchen, Solidary Wheels, Elín y Maakum Ceuta, consideramos inadmisible la pasividad de las autoridades locales, así como nacionales, de las muertes y desapariciones que han tenido lugar en las fechas 23, 24 y 25 de abril, contando específicamente con cuatro cuerpos encontrados por el momento. Señalamos, además, que estas muertes no son puntuales, sino que llevan acaeciendo desde el cierre del paso fronterizo en marzo de 2020: se contabilizan 14 muertos y 33 desaparecidos en lo que llevamos de año.
Asimismo, señalamos que la incoherencia entre las cifras publicadas por los diferentes medios de comunicación muestra la falta de transparencia de las autoridades en cuanto al número real de llegadas. Además, es injustificable la opacidad en el acuerdo bilateral entre España y Marruecos, que ha permitido la devolución de 23 magrebíes durante el día 27 de abril y 40 más durante la noche del 27 al 28 de abril. Los medios informan de que, en total, serían 99 personas las que van a ser devueltas al país vecino. Todo esto efectuándose en un periodo insuficiente para asegurar un tratamiento individualizado con las garantías legales pertinentes. Por todo lo mencionado anteriormente, solicitamos a la ciudad cifras oficiales de las devoluciones practicadas, así como conocer si se han realizado, conforme al derecho, los procedimientos de solicitud de asilo.
Condenamos el trato inhumano e impersonal sufrido por estas personas en los últimos días, por no tener en cuenta la travesía realizada y sus posibles consecuencias físicas y psicológicas. Denunciamos la carencia, si no inexistencia, de vías migratorias legales y seguras, cuya consecuencia es la utilización de estas rutas alternativas, peligrosas y deshumanizantes.
Nos preocupa la inactividad y el desentendimiento rutinario por parte del sistema institucional –nacional e internacional– que es cómplice directo de estas muertes y desapariciones en el Mar Mediterráneo a diario.
Por último, queremos hacer un llamamiento para que se ejerza un trato digno en el tratamiento de la información con el colectivo migrante, tanto a nivel local como nacional, evitando discursos que fomenten el odio y el racismo.