Las «políticas kétchup» mantienen la lógica de echar un poco de azúcar en la sal porque es demasiado salada. Sociedades re(co)gidas por el derecho civil [conjunto de normas que regulan las relaciones privadas de los ciudadanos de un Estado]. En definitiva, como Pablo dijo: “Todo lo que no está prohibido es obligatorio”.
¿Por qué no eres capaz de viajar a un destino exótico, dejar los tacones altos, el pintalabios y abrazar tu maleta como único hogar? Bromas, siempre bromas. ¡Con lo fácil que es utilizar los canales oficiales de viaje! Lo sé. La mía es una visión ideológica(zada) de tu historia. De mi historia. ¿Y de la de ellos? De esos que viajan con papeles mojados. Gracias Chambao. Todos somos agua.
¡Sanciones más estrictas hacen falta! Ni tránsito ni desembarco. Mi punto de vista hipo(pa)tético hace que me ciña a lo que escribo como los labios de un bebé a la teta de su madre. ¿Son más bonitos los pezones rosados que los negros? Quizá para los primeros se reserven las puertas doradas de acceso a los jardines colgantes de Eurolonia. ¿Para los otros? Uno de los tres portones de entrada custodiados por España, Italia y Grecia: Pasen sin llamar.
A veces una excusa es suficiente para reducir nuestra sensación de vacío. Hastío. ¿Desafío? Fronteras abiertas. El derecho a la in/e/migración es una posverdad sólidamente legislada. Similar al colmado zurullo de un zagal tras comer migas con sus tajás. ¿Manutención? La siempre cacareada estrofa de la misma canción. Al fin y al cabo, no pueden comportarse como nosotros. Sigue la cantinela…
Algunos países del mundo son como el SIDA. Mejor evitarlos o protegerse con condones de espino. ¿Abstinencia? Vacuna.
La lucha contra la evasión fiscal es una patraña. Leyes hiperliberales definen(den) el uso del efectivo y están en contra de la trazabilidad de los (im)pagos. ¡Paraíso celestial! Los intereses electorales siguen construyendo cárceles adosadas cuando ya tenemos demasiadas sin usar. Segunda vivienda. Tercera. Gentrificación. B&B. ¡Pelotazo inmobiliario institucional! ¡(En)Cerrad, (en)Cerrad!
¡El número de presos se dispara! ¿Qué hay del verdadero criminal? ¡Tic, toc! ¡Tic, toc! ¿Tengo ya mi habitación lista? Sí, es con vistas al cementerio desde el patío y al centro de detención desde el salón. Esos bellos lugares donde los inquilinos esperan su repatriación o aceptación como refugiados divinos. Libres de vagar como les plazca como surrealistas aburridos de tanto escribir y pajearse. Ahí quedamos todos frente a los muertos.
¡Control! ¡Más control! Tecnología, leyes, ritos, oraciones… El viejo mundo vive su particular invierno mientras la presión de la hoya exprés africana cuece la carne a un ritmo nunca visto. ¡Puuuummmm!