Moscú afirma que Ucrania ha utilizado misiles ATACMS por primera vez contra su territorio, aunque Kiev no ha confirmado oficialmente este ataque. Según el Ministerio de Defensa ruso, el ataque se produjo en la región de Briansk, donde también fueron derribados 11 drones ucranianos.
Reacciones internacionales han seguido a estos eventos. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha instado a Vladimir Putin a ‘entrar en razón’ tras la aprobación de la nueva doctrina nuclear rusa, que permite respuestas nucleares ante ataques convencionales que amenacen la soberanía de Rusia y Bielorrusia.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha declarado que no ve una relación directa entre el uso de misiles estadounidenses por parte de Ucrania y una hipotética guerra nuclear. Ha enfatizado la importancia de que la UE refuerce su capacidad de defensa.
Mientras tanto, Estados Unidos ha mantenido su postura de no ajustar su política nuclear, a pesar de las recientes acciones de Rusia. Sabrina Singh, portavoz del Pentágono, ha calificado la retórica rusa como irresponsable y ha asegurado que no hay indicios de que Rusia esté preparando el uso de armas nucleares en Ucrania.
En el ámbito europeo, el canciller alemán Olaf Scholz ha lamentado que el comunicado del G20 no haya sido claro sobre la responsabilidad de Rusia en el conflicto. Por otro lado, Dinamarca ha anunciado una donación significativa para el desarrollo de la industria militar ucraniana.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha reiterado su llamado a Europa para aumentar la presión sobre Moscú y ha expresado su esperanza de que los países de la UE autoricen a Ucrania a utilizar sus misiles de largo alcance en territorio ruso.
En el contexto de los 1.000 días de guerra, Ucrania ha resistido a pesar de las dificultades. Ha logrado expulsar a las fuerzas rusas de Kiev y otras regiones, aunque enfrenta nuevos desafíos en el sur del país. La guerra ha forzado cambios significativos en ambos lados, con Rusia recurriendo a aliados como China e Irán para mantener su esfuerzo bélico.
La comunidad internacional sigue monitoreando de cerca la situación, con llamados a la paz y la moderación. Sin embargo, las tensiones continúan aumentando, y el futuro del conflicto sigue siendo incierto.