La localidad pacense de Castuera está sumida en el dolor tras el brutal asesinato de María Belén Cortés Flor, una trabajadora social de 35 años que fue presuntamente asesinada por tres menores en el piso tutelado de Badajoz donde trabajaba. El suceso ha generado una profunda conmoción en su pueblo natal, donde se han decretado tres días de luto oficial en su memoria.
El alcalde de Castuera, Francisco Martos Ortiz, expresó el impacto que ha causado la trágica noticia: «Estamos enormemente jodidos, conmocionados e incrédulos de que se haya producido este suceso». María Belén se dedicaba a ayudar a jóvenes en situación de vulnerabilidad con el objetivo de facilitar su reinserción social. «Es de una incredulidad tremenda que haya muerto de esta manera, con esta violencia», lamentó el alcalde.
Un crimen atroz
Según las primeras investigaciones, la trabajadora social se encontraba sola con los menores en el piso tutelado cuando fue atacada. Los presuntos agresores, dos chicos de 14 y 15 años y una joven de 17, la habrían golpeado y estrangulado con un cinturón antes de huir del lugar en el vehículo de la víctima. Poco después, fueron detenidos por las autoridades.
María Belén había nacido en Castuera y mantenía fuertes vínculos con su pueblo a pesar de residir en Badajoz por motivos laborales. Su familia, de origen humilde, está destrozada por la tragedia. «He hablado con los padres hace un rato y están conmocionados, destrozados. Les es imposible entender esto. Están deseando ver a su hija y traérsela al pueblo», declaró el alcalde.
Homenaje y luto en Castuera
En señal de duelo, el Ayuntamiento de Castuera ha decretado tres días de luto oficial. «Cuando el dolor, la incredulidad y la conmoción son los sentimientos que afloran en la ciudadanía, se nos hace más difícil entender las dramáticas circunstancias de esta muerte», expresó Martos Ortiz en sus redes sociales. Además, convocó a los vecinos a guardar un minuto de silencio en la puerta del Ayuntamiento este lunes a las 13:00 horas en recuerdo de María Belén.
El asesinato de María Belén ha reabierto el debate sobre la seguridad en los centros de menores y las condiciones en las que los profesionales de la educación social desempeñan su labor. «Se dedicaba a ayudarlos, es increíble que haya muerto con esta violencia», repiten con tristeza sus allegados. Ahora, su familia, amigos y vecinos solo esperan justicia para honrar su memoria.
