Ceuta mantiene el drástico descenso de llegadas de personas migrantes por vía marítima y terrestre, con una bajada del 69% con respecto al año 2019. La tendencia a la baja también se mantiene en el resto del territorio español, con un descenso del 38% en relación al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, la ruta más peligrosa y mortífera, la de Canarias, se posiciona como la más utilizada, con un aumento del 454%. La externalización del control fronterizo a Marruecos y la crisis del coronavirus, tras la explicación de este descenso
Las llegadas de personas migrantes al Estado español han descendido durante este 2020 casi un 40%. 11.460 personas han llegado a España en los siete primeros meses de este año, mientras que en el mismo periodo de 2019 lo hicieron 18.515, esto supone una caída del 38%, que según las organizaciones de defensa de los Derechos humanos, se debe a la presión y violencia ejercida en terceros países para evitar que las personas migrantes llegue a Europa.
Ceuta y Melilla
La caída más pronunciada es la que está ocurriendo en Ceuta y Melilla, ciudades a en las que las llegadas por vía marítima ha descendido más de un 75% y el 97,7% respectivamente. A Ceuta en lo que llevamos de año, han llegado en embarcaciones -kayak, toys, motos de agua, lanchas…- o a nado a través de los espigones del Tarajal o Benzú, 81 personas, 15 de ellas en la segunda quincena de julio, según el último informe del Ministerio del Interior, mientras que en el mismo periodo de 2019, lo hicieron 335. En Melilla, el descenso es casi total, solo se ha registrado la llegada de 7 personas, por esta vía, en todo el año 2020, lo que contrasta con las 311 personas que lo hicieron en el mismo periodo del año pasado.
La vía terrestre de las dos ciudades autónomas también ha reflejado un fuerte descenso. En Ceuta ha descendido hasta casi el 70%, se han filiado 184 personas en 2020, de las cuales 5 han sido en la última quincena de julio, aunque no se tiene ningún registro de que se haya producido algún salto al vallado, según ha confirmado la Guardia Civil a este diario y la frontera continua cerrada, por lo que una de las hipótesis que se baraja es que estas personas ya estuvieran en Ceuta antes del cierre de las fronteras y el comienzo del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus, pero que no hubiesen sido filiadas hasta este momento.
En Melilla el descenso es menos pronunciado, hasta la ciudad hermana han entrado 1.199 personas por vía terrestre, lo que supone un descenso de más del 50% en relación a 2019.
Reactivación de la ruta de Canarias
El incremento de las llegadas a Canarias supuso en 2019 un incremento de más del 50% con respecto al 2018 (se pasó de 1.425 personas en 2018, a 2.918 en 2019). sin embargo, las llegadas durante este 2020 han aumentado en un 454% con la llegada de 3.269 personas, frente a las 590 del mismo periodo de 2019.
Según la APDHA detrás de este importante repunte se debe al «reforzamiento del control y represión por parte de Marruecos. Por ello, ha tomado fuerza la ruta hacia las Islas Canarias, partiendo de nuevo de Senegal, Mauritania o el Sáhara«.
Además, la crisis del coronavirus y el cierre de la frontera entre España y Marruecos, han influido también en este cambio de ruta migratoria.
Externalización del control fronterizo
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) detalla en su informe Derechos Humanos en la Frontera Sur 2020 que el descenso de migrantes en la Frontera Sur se sostiene «basándose en la subcontratación a Marruecos de la represión sobre los migrantes subsaharianos y el control de las costas propias» y además recuerda que «la Unión Europea ha librado 140 millones de euros para el régimen marroquí para el control de la inmigración irregular. Una parte de ese presupuesto es gestionado por el Gobierno español«.
Además de los 140 millones provenientes de la UE, el Gobierno español aportó de fondos propios 32,2 millones de euros del Fondo de Contingencia de los Presupuestos. «Es un fondo que se suele utilizar para atender gastos imprevistos (catástrofes naturales, por ejemplo), pero al que ahora se recurre para sufragar parte de los “gastos incurridos por las autoridades marroquíes en sus actividades de colaboración con España y toda la Unión Europea en la vigilancia de fronteras y en la lucha contra la inmigración irregular, que tiene como destino las costas españolas”. Se pagan con ellos combustible, mantenimiento de equipos, dietas y pagos al personal operativo» denuncian desde la APDHA.
Represión y violencia en Marruecos
La represión y la violencia que sufren las personas subsaharianas al otro lado de la frontera, y que es denunciada por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, ha quedado demostrada nuevamente.
El pasado día 2 de agosto la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) denunciaba en redes sociales la muerte de un camerunés de 40 años en Tánger tras una intervención policial en la que participaron tres agentes de las fuerzas auxiliares.
«Nadie puede dudar de que el Gobierno español es plenamente consciente de que el poner en manos del régimen marroquí la gestión de la Frontera Sur europea implicaba el uso extensivo e intensivo de una desatada represión extremadamente violenta sobre las personas de origen subsahariano», denuncian desde la APDHA.
Fuentes bien informadas han asegurado a El Foro de Ceuta que la policía marroquí ha reanudado las redadas y las detenciones de personas subsaharianas en Tánger. La represión, han asegurado, ha regresado a los barrios de Boukhalef y Messnana donde residen una parte importante de migrantes. Temen que estas personas serán desplazadas hasta el sur y correrán la misma suerte que el resto de migrantes en los meses anteriores a la pandemia: los dejarán abandonados a su suerte en medio del desierto.