Ahora se conoce que las naves del Tarajal quieren ponerlas a disposición de TRAGSA, tras 17 años gestionadas por Obimace y con la consiguiente intranquilidad de la plantilla que presta servicio en este centro de trabajo.
Mientras la incertidumbre crece, la empresa continúa en absoluta parálisis y no activa la contratación ni consolidación de empleo.
Pese a las buenas palabras del gerente a la representación de CGT en la reunión que mantuvimos el pasado día 7 de septiembre, el inmovilismo sigue siendo la tónica general y comprobamos cómo pese a instar una nueva reunión con los responsables de la empresa pasan los días sin que se aborde la problemática sociolaboral y van en aumento los temores de desmantelamiento de la empresa pública ante los movimientos desintegradores que se vienen produciendo de la mano de un comité de empresa absolutamente plegado al dictado político/empresarial.
La asamblea de afiliados/as de Obimace decidirá esta semana si retoma las movilizaciones ante el nuevo conato de agresión sin precedentes a la empresa Obimace y a su plantilla.
Recordamos que para que se produjese la reunión del 7 de septiembre hubo que realizar una protesta, pañal en mano, ante el palacio de la asamblea de Ceuta.
CGT exige cargas de trabajo y ampliación de plantilla en Obimace que garanticen el futuro de la empresa y sus trabajadores/as ante la externalización que se viene produciendo por parte del equipo de gobierno a empresas como TRAGSA para hacer trabajos municipales que bien podrían haber sido encomendados a OBIMACE si se apuesta realmente por la recuperación y vida de esta empresa.
Garantizar las tasas de reposición del personal que viene saliendo de Obimace por jubilaciones, bajas vegetativas, etc. sería el primer paso para afianzar el futuro inmediato de Obimace y con ello la consolidación de empleo y de las cargas de trabajo de esta empresa, minimizando la preocupación que se ha instalado en la plantilla ante la desidia del Sindicato mayoritario en El órgano de representación de la empresa que actúa como palmero y cómplice de la parsimonia y el ritmo de parálisis que se detecta mientras sigue adelgazando el número de puestos de trabajo y creciendo las amenazas de cierre de algunas de las actuales dependencias para entregarlas a otras empresas, como el comentado caso de las naves del Tarajal.
CGT va a continuar defendiendo la empresa pública OBIMACE y el empleo estable y de calidad con los medios a su alcance ante la quietud de los gestores de la empresa y de la propia Ciudad Autónoma de Ceuta y la complicidad de quienes deben defender los intereses de la plantilla y el servicio público que se presta.