Ayer hizo un año que el PSOE ceutí consiguió representación en ambas cámaras. Confianza que dilapidó instantáneamente, en tan solo unos meses, traspasando el testigo a PP y VOX. Teniendo en cuenta la facilidad con la que ocurrió tal debacle y la velocidad con la que los socialistas ceutíes la han escondido en el baúl de la amnesia yo no sería tan optimista como escenificaron el pasado fin de semana. Aunque es comprensible pues deben “vender su producto”. Otra cosa es que se lo crean. La situación me evoca la atmosfera creada en un cuento corto de Ambrose Bierce, “Incidente en el Puente de Owl Creek” (“An Occurrence at Owl Creek Bridge”).
He de reconocer que no he seguido de cerca el XII Congreso Regional del PSOE ceutí, al menos no tanto como Vivas o Rontomé o como RTVCE que ha dedicado, proporcionalmente, los mismos medios que se dedicaron cuando la visita del Papa a Valencia. Supongo que por reciprocidad Gutiérrez estará presente en el futuro Congreso Regional del PP ceutí y que la tele pública dedicará una semana entera a tal evento. Curioso lo que se esfuerzan por Gutiérrez y Vivas, y espero no entiendan estas palabras como una “contrarréplica” porque ya hemos visto lo poco que gusta eso a nuestra tele. Si alguien cree entrever en mis palabras un ataque a estos profesionales de nuestro medio audiovisual está muy confundido, apunto a quienes están detrás.
100% de los votos o cuando la unanimidad envía un mensaje de desconfianza.
Cuando la aspiración a la unanimidad corre el riesgo de convertirse en la imposición de ese objetivo el resultado es incompatible con la legitimidad democrática.
Cuando la libertad campa a sus anchas y no existe coerción de ningún tipo lo normal es que se manifieste el disentimiento siendo la unanimidad absolutamente excepcional. Esto resultando una obviedad, parece no haber sido tenido en cuenta por los asesores de Gutiérrez. Existe una finísima línea que separara la unanimidad de hacer trampas al solitario. En nuestro caso la caída de las hojas de los árboles juzgará este artículo y esta opinión.
En una reciente entrevista he escuchado al nuevo referente de la socialdemocracia ceutí, perdonen si se me escapa una sonrisa, decir: “el partido no podía seguir como estábamos, la única forma de llegar al gobierno de nuestra ciudad es hacerlo todo juntos, todos unidos. Con un partido fuerte, con un partido cohesionado que es lo que somos hoy por hoy”. Y ayer, apenas hace unos días, ¿qué eran? debemos entender que ni cohesión ni unidad. Sin embargo, siempre se negó hasta ahora eso. Es de agradecer que al fin se haya dicho la verdad a la ciudadanía.
Añadía Juan Gutiérrez: “y si hay algo que destaque en el congreso de ayer es que hemos salido reforzaos y hemos salido muchísimo más unidos de lo que antes estábamos. No es que hubiese una desunión como digo siempre: en una formación política cuando existen debates internos significa que el partido está vivo y que la democracia interna funciona” debe inferirse de estas palabras que el cien por cien de apoyo junto con la inexistencia actual, y creo que momentánea, de “debates internos” del tipo que se daba con anterioridad quiere decir que el partido está muerto y la democracia interna no funciona.
A veces, casi siempre, merece la pena ser honestos y decir la verdad (no existía unidad entre el PSOE local y su representación nacional por motivos básicamente personales) para zanjar un tema y no enredarnos en explicaciones que suenan vacías y ridículas. Incluso en política de vez en cuando es útil decir la verdad. Esta máxima es repugnante, pero es una de las conclusiones que he sacado desde que me muevo por este enfangado y oscuro mundo.
Si un partido se ha caracterizado por el revolucionario uso de la verdad como instrumento de mejora de la sociedad ese es Podemos. Y continuamos en esa senda. Eso sí, salpicados de barro político, pero no tan ensuciados como para no dejar de tener como referencia la verdad.
Dice Gutiérrez que: “no hay personas perfectas sino equipos perfectos”.
Aquí habría que hacer un par de consideraciones: si las personas que conforman ese equipo no son perfectas difícilmente sus actuaciones puedan alcanzar la perfección; y la más significativa, cuando se llega a la perfección solo existen dos vías, y una de ellas no es de desarrollo. La primera es involucionar y que la perfección deje de ser tal, y la segunda que es estática es continuar en la perfección. En el mejor de los casos nos quedamos como estamos. Dejemos a un lado la perfección y trabajemos por la formación y la solidaridad.
Las contradicciones de este “nuevo/viejo” PSOE ceutí en boca de su “nuevo/viejo” Secretario General ante la pregunta de cómo ha conseguido esa unidad de la que hace gala, y que el tiempo dirá si es realmente tal cosa, son notorias. Comenta que: “yo digo siempre que ser socialista es ser generoso y confiar los unos en los otros” esta frase es casi patibularia para la trayectoria del depuesto Secretario General, al parecer el señor Hernández ni era generoso ni confiaban en él, ni él en sus militantes. Continua el señor Gutiérrez su argumentación con: “ha sido muy fácil, ha sido descolgar un teléfono y llamar al compañero y sentarte a tomar un café con él y tenderle la mano y corriendo el compañero aceptar y coger de la mano” pues nada, queda claro la incapacidad notoria del secretario general saliente para llamar por teléfono y quedar para tomar un café con los suyos ¡cuánto más con “otros”! Parece que en la anterior etapa se conseguía hacer lo fácil, difícil y lo difícil, imposible. Sobre sus declaraciones sobre los “huérfanos” del partido no añadiré nada pues no es necesaria explicación alguna.
Me temo que la distancia que se insinúa se va tomar con respecto al PP no resultará muy grande, sino más bien será todo lo contrario, un acercamiento. Al menos a corto plazo. Demasiados intereses en común.
Al finalizar recurriré a Oscar Wilde para recordar a mi amigo Juan Gutiérrez que cuidado con lo que se desea porque se puede hacer realidad. Y no quisiera despedirme sin agradecerle desde Podemos Ceuta que haya sido tan trasparente a la hora de explicar cómo se consigue la unidad, con una llamada de teléfono y un café.
Conclusión la posibilidad de la unidad frente al fascismo es solo cuestión de voluntad.
“La caída más dura que un hombre puede hacer es caer sobre su propio engaño” Ambrose Bierce.