Acusaciones de Israel
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, afirmó que un búnker perteneciente a Hizbulá se encontraba bajo el hospital General Sahel en Beirut. Según Hagari, este búnker albergaba millones de dólares en efectivo y oro, supuestamente propiedad del líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, asesinado en septiembre. Estas declaraciones han sido recibidas con escepticismo por parte del personal médico del hospital.
Respuesta del Hospital General Sahel
El director del hospital, Fadi Alameh, ha desmentido categóricamente las acusaciones, calificándolas de calumnias destinadas a desacreditar a los profesionales sanitarios del país. En un esfuerzo por demostrar la transparencia, Alameh permitió el acceso a decenas de periodistas, quienes inspeccionaron el complejo sin encontrar evidencia de las afirmaciones israelíes.
Contexto del Conflicto
La zona de Dahiyeh, donde se encuentra el hospital, es conocida por ser un bastión de Hizbulá y ha sido objeto de ataques frecuentes por parte de Israel. Las tensiones en la región han escalado, con Israel intensificando sus operaciones militares no solo en Gaza, sino también en el Líbano, en un intento por neutralizar amenazas percibidas.
Impacto en los Servicios Médicos
Los ataques a instalaciones médicas no son nuevos en este conflicto. En Gaza, hospitales y ambulancias han sido blanco de bombardeos bajo la justificación de ser utilizados por grupos militantes. La ONU ha denunciado estos ataques como violaciones del derecho internacional humanitario, destacando el impacto devastador en la atención médica para civiles.
Reacciones Internacionales
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación, con la ONU condenando los ataques indiscriminados contra hospitales y trabajadores sanitarios. Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, ha señalado que los hospitales en Gaza y Líbano están quedando fuera de servicio, exacerbando la crisis humanitaria en la región.
Conclusiones
Este último episodio en el prolongado conflicto entre Israel y Hizbulá subraya la necesidad de una solución diplomática que garantice la seguridad de los civiles y el respeto por las instalaciones médicas. Mientras tanto, la situación sigue siendo tensa, con ambos lados manteniendo posiciones firmes y la población civil atrapada en medio del conflicto.