El reciente incidente en el Parlament balear ha puesto de manifiesto las tensiones políticas en torno a la memoria histórica y la neutralidad institucional. Gabriel Le Senne, presidente del Parlament y miembro de Vox, decidió expulsar a las diputadas Mercedes Garrido y Pilar Costa por lucir camisetas con retratos de republicanas asesinadas en 1937.
La situación se produjo durante el debate sobre una enmienda a la derogación de la ley de Memoria Democrática. Este acto recordó un enfrentamiento previo, cuando Le Senne rompió una imagen de Aurora Picornell y las hermanas Pascual, lo que ya había generado controversia.
Argumentos de Neutralidad
Le Senne justificó su decisión alegando que las imágenes vulneraban la obligación de neutralidad de la Mesa del Parlament. Ofreció a las diputadas la opción de ocupar otros escaños si deseaban seguir vistiendo las camisetas. Sin embargo, al negarse a abandonar la Mesa, fueron expulsadas, lo que provocó que los diputados de PSIB, MéS per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos abandonaran el pleno en señal de protesta.
Interpretaciones del Reglamento
La portavoz de Vox, Manuela Cañadas, instó la expulsión, argumentando que las camisetas eran una herramienta de provocación política. Aunque el reglamento no menciona explícitamente situaciones como esta, Le Senne afirmó que su interpretación era válida y pidió respeto por su criterio.
Por otro lado, la izquierda criticó la decisión como una interpretación arbitraria del reglamento, acusando a Le Senne de actuar bajo la influencia de Vox. Iago Negueruela, portavoz del PSOE, calificó el acto como un insulto a la democracia y a la libertad de expresión.
Consecuencias Políticas
El incidente ha tenido repercusiones más allá del pleno. Le Senne está siendo investigado por un posible delito de odio relacionado con el incidente de junio. Aunque él defiende que rompió la foto por accidente, la oposición ha presentado una moción para destituirlo, que no prosperó debido a la abstención del PP.
Este episodio subraya las divisiones políticas en torno a la memoria histórica en España, un tema que sigue siendo fuente de conflicto y debate. La derogación de la ley de Memoria Democrática continúa su tramitación, mientras las tensiones en el Parlament balear persisten.