Tiempos convulsos son los que se viven en la actualidad de la política ceutí, donde abundan por doquier las medias verdades y las distorsiones de una realidad, cuando no falsedad. Todo es un auténtico juego de malabares y de prestidigitación, con el solo motivo de distraer al público mientras se destruye la imagen de una gran persona como es Javier Guerrero, donde la libertad de la misma no deja de sufrir y de ver invadidas y cercenadas, tanto su parcela personal como la profesional por parte de una mafia que trabaja en la sombra, con el solo fin de aniquilar a la única persona que puede sacar a Ceuta del callejón sin salida en el que lleva inmersa dos décadas.
Se trata de desprestigiar a un futuro posible ganador, difamando y calumniando para eliminarlo del cartel político, para seguir en el candelero.
Los criterios que sostienen esta panda de malhechores para justificar el comportamiento de los mismos con sus acciones y conductas dejan muchísimo que desear, la mentira y el engaño que están utilizando algunos que maquinan en la sombra, sin esperar graves consecuencias ya que mandan a sus lacayos para hacer el trabajo que ellos no se atreven a llevar a cabo.
Estas mentiras y difamaciones deberían de tener un precio político y ese no es otro que no sacar votos y que el pueblo hable. En cuanto al legal, será la justicia la que se pronuncie.
La gente debe saber que esta estrategia se debe al miedo. Sí, porque Guerrero es muy querido en la ciudad y tiene muchas posibilidades de triunfar, pero esto no interesa. Así que en lugar de luchar en las urnas, tal y como debería ser, quieren echar por tierra el honor de este hombre.
Ante situaciones tan deleznables como estas cuando la mentira tiene valor, la aceptación de las mismas implican un grado de corrosión moral que repercute sobre toda la ciudadanía, es el cultivo idóneo donde germinan todo tipo de corrupciones, este tipo de comportamiento solo se puede sostener en el tiempo si se hace un ejercicio cínico de la política actual que se está desarrollando en nuestra ciudad.
Lo difícil de esta situación es que estos que mecen la cuna en la sombra, saben que es todo una burda mentira, orquestada para fulminar a un gran contrincante. Pero quiero dejar claro que los ciudadanos debemos de tener mucho cuidado ya que a esos que se presentan como honestos y adalid de la lucha contra la corrupción son los mismos que desgastan la propia democracia. Solo se trata de ambición desmesurada, unida de cobardía y maldad.
Espero y deseo que la verdad triunfe.
José Antonio Carbonell