Unicef ha lanzado una advertencia contundente sobre la situación de millones de niños en todo el mundo que no están inscritos en el registro civil. Según su informe más reciente, 150 millones de niños menores de cinco años carecen de una identidad legal, lo que les impide acceder a servicios esenciales como la educación y la atención médica.
A pesar de este preocupante panorama, se han logrado avances significativos en los últimos años. Más de 500 millones de niños menores de cinco años han sido registrados, lo que representa ocho de cada diez niños en esta franja de edad. Este progreso se debe en parte a las medidas adoptadas por algunos países para mejorar sus sistemas de salud, protección social y educación, incluyendo la digitalización de procesos y la eliminación de tasas de registro.
Sin embargo, el informe también destaca que más de 50 millones de niños que han sido registrados no poseen un certificado de nacimiento, lo que sigue siendo un obstáculo para su reconocimiento legal completo.
Regiones con Mayor Rezago
El informe de Unicef señala que Oceanía, excluyendo Australia y Nueva Zelanda, es la región más rezagada en términos de registro civil, con un 74% de niños menores de cinco años no registrados. En el África subsahariana, 90 millones de niños no están inscritos, representando el 49% del total mundial de menores no registrados.
Otras regiones afectadas incluyen el sur y centro de Asia (22% no registrados), el norte de África y el oeste de Asia (14%), el este y sudeste de Asia (6%) y Latinoamérica y el Caribe (5%). En contraste, Europa, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda tienen niveles de registro cercanos al 100%.
Obstáculos Persistentes
La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, subraya que la inscripción al nacer es crucial para el reconocimiento legal inmediato de los niños, protegiéndolos de la explotación y garantizando su acceso a servicios esenciales. Sin embargo, muchas familias enfrentan obstáculos significativos para registrar a sus hijos.
Entre los desafíos se encuentran la discriminación por género, etnia o religión, largas distancias a las oficinas de registro, falta de conocimiento sobre el proceso y tarifas inasequibles. Para abordar estos problemas, Unicef insta a los países a digitalizar sus sistemas de registro, aprovechar programas de salud y educación para ampliar estos servicios, y realizar reformas clave que empoderen a las comunidades para reclamar el registro civil como un derecho fundamental.