En una situación de alta tensión, el patrullero de altura español Río Tajo se encuentra bloqueado en aguas mauritanas con 170 migrantes senegaleses a bordo, después de haberlos rescatado en aguas del Atlántico
La Guardia Civil española opera en Mauritania en el marco de acuerdos y colaboraciones destinadas a controlar la inmigración irregular y garantizar la seguridad en las aguas del Atlántico. Sus tareas incluyen labores de patrullaje marítimo, rescate y salvamento de embarcaciones en peligro, así como la prevención y represión de actividades ilegales como la inmigración irregular, el tráfico de personas y la trata de seres humanos.
El despliegue de la Guardia Civil en aguas mauritanas, en cooperación con las autoridades mauritanas y otras agencias internacionales como Frontex, tiene como objetivo enfrentar los desafíos derivados de la migración irregular desde países africanos hacia Europa a través de las rutas marítimas. Su presencia busca salvaguardar la vida de los migrantes, prevenir situaciones de peligro y colaborar en la detección y detención de redes de tráfico ilegal de personas.
La colaboración y presencia de la Guardia Civil en Mauritania y otros países se enmarca en estrategias y acuerdos bilaterales e internacionales para gestionar de manera conjunta el control de la inmigración irregular y la seguridad en las fronteras marítimas.
El incidente comenzó hace dos días, cuando el Río Tajo, operando en labores de rescate en el norte de África, recogió a 170 personas de origen senegalés a bordo de un cayuco en aguas mauritanas. Según denuncia la AUGC, la situación se tornó caótica cuando los guardias civiles a bordo del patrullero tuvieron que efectuar disparos al aire para mantener el control sobre los migrantes rescatados, quienes aparentemente intentaron sublevarse para tomar el control del barco. Por esta razón, se ha decidido reforzar el número de agentes en la patrullera, movilizando a todos los efectivos destinados en el destacamento de Nouadhibou. En estos momentos, a bordo se encuentran 20 miembros de la tripulación, entre agentes y personal civil, junto a los 170 migrantes.
El barco español dirigió su rumbo al puerto de Nouadhibou en Mauritania, con la intención de desembarcar a los migrantes. Sin embargo, el proceso se tornó aún más complejo cuando un oficial gendarme, aparentemente jefe del puerto mauritano, abordó la embarcación con el propósito de evaluar la situación.
A pesar de los esfuerzos de Frontex, la agencia europea encargada del control fronterizo y costero, el jefe de los gendarmes se opuso a permitir el desembarco de los migrantes en su territorio y prohibió que pusieran un pie en el puerto mauritano. Según fuentes conocedoras del caso, las conversaciones para autorizar el desembarco se vieron marcadas por desacuerdos financieros sobre las demandas excesivas y no autorizadas por parte de los mandos mauritanos, quienes buscaban que el gobierno español desembolsara una cantidad de dinero considerablemente elevada.
La negativa de Mauritania a permitir el desembarco ha generado tensiones entre las autoridades españolas y mauritanas, así como con Frontex. Además, a medida que pasan las horas sin encontrar una solución que permita desembarcar a los migrantes y garantizar la seguridad de la tripulación, el malestar a bordo se intensifica.
El capitán del Río Tajo, un marino mercante civil perteneciente a una empresa subcontratada de Ferrol ha tomado la decisión de activar la baliza de localización AIS para monitorizar todo el movimiento de la nave mientras se encuentran a la deriva cerca del puerto, esperando noticias, ya sea para desembarcar a los rescatados en tierra mauritana o dirigirse hasta aguas españolas y recalar en algún puerto canario para hacerlo.
Con la situación en punto muerto, el Río Tajo recibió instrucciones de la autoridad marítima mauritana de abandonar el puerto, dejando a los migrantes en una situación precaria en alta mar. El patrullero español se encuentra ahora en un fondeadero cercano al puerto mauritano, dando vueltas en espera de una solución a esta crisis.
El oficial de abordo ha tomado medidas drásticas para mantener la seguridad a bordo, manteniendo a los guardias civiles en compartimentos cerrados y permitiéndoles salir solo para alimentar a los migrantes. Esta decisión se tomó después de un intento de motín por parte de los migrantes rescatados, que intentaban tomar el control del patrullero.
Hasta el momento, no hay ningún comunicado oficial del Ministerio del Interior, dirigido por Grande Marlaska, para dar explicaciones de la razón por la que no se permite al Río Tajo navegar hacia aguas españolas y evitar así tensiones que pongan en peligro la seguridad de los agentes españoles y de los propios migrantes.
Según ha confirmado una fuente de Interior a la cadena Ser el ministerio espera que Mauritania acepte el desembarco. España y Mauritania firmaron un convenio para luchar contra la inmigración ilegal en el 2007. Pero la Guardia Civil está trabajando en Mauritania desde el 2004