El Sindicato Médico de Ceuta (SMC) ha denunciado públicamente la actitud de la delegada del Gobierno, Cristina Pérez, a quien acusa de intentar desacreditar al colectivo médico y desviar la atención de la crisis sanitaria que vive la ciudad tras quedarse sin un solo psiquiatra en activo desde el pasado 18 de julio.
La reacción institucional, aseguran desde el SMC, ha consistido en minimizar la situación y responder con reproches y comparaciones que, a juicio del colectivo, “no solo son improcedentes, sino profundamente irresponsables”. En una misiva remitida el lunes 21 de julio, el sindicato advertía que Ceuta se encontraba ya sin atención especializada en salud mental: ni consultas externas, ni seguimiento hospitalario, ni presencia en urgencias.
Frente a esa denuncia, la Delegación del Gobierno respondió el martes 22 con una declaración pública en la que, en lugar de asumir responsabilidades o presentar medidas inmediatas, comparaba la situación de Ceuta con la del sistema sanitario andaluz, también afectado por la falta de especialistas.
“Ceuta no es Andalucía”
Para el Sindicato Médico, esta comparación es una forma de “normalizar lo inaceptable”. “Ceuta no es Andalucía, ni una comunidad autónoma más. Es un territorio gestionado directamente por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), dependiente del Ministerio de Sanidad. La responsabilidad es exclusivamente estatal”, afirman.
Desde el SMC se advierte que ninguna otra ciudad del país está actualmente sin ningún psiquiatra activo, y critican que la única respuesta del Gobierno haya sido ofrecer derivaciones a la península o a centros privados. “Son medidas provisionales que no garantizan continuidad asistencial ni abordan el problema de fondo”, subrayan.
Además, señalan que derivar pacientes al sistema andaluz —ya sobrecargado— agrava el problema en lugar de resolverlo. “¿Se está alimentando deliberadamente un discurso en favor de la sanidad privada?”, se preguntan.
Riesgos para pacientes y profesionales
La situación está obligando, denuncian, a que médicos no especialistas asuman funciones que no les corresponden, comprometiendo la seguridad clínica de los pacientes y exponiendo a los profesionales a riesgos legales.
“El vacío asistencial no puede maquillarse con discursos políticos. No se trata de presionar ni de ideologías, sino de proteger a los pacientes”, recalcan desde el sindicato. “Levantar la voz no es un acto político, es un deber profesional, ético y moral”.
El colectivo insiste en que las soluciones ofrecidas hasta el momento son “parches” que no afrontan la raíz del problema: la ausencia total de psiquiatras en la ciudad. “Ceuta necesita refuerzos, no excusas. Derivar, privatizar y silenciar a quienes defienden lo público es una señal de un modelo agotado”, concluyen.
Un modelo en crisis
Para el Sindicato Médico de Ceuta, la respuesta institucional no solo ha sido insuficiente, sino que refleja una preocupante falta de voluntad para reforzar la sanidad pública. “Cuando la política sustituye a la medicina, quienes pagan el precio son siempre los mismos: los pacientes”.
El SMC reitera que su única motivación es restablecer una atención digna para los ciudadanos de Ceuta. “No estamos al límite nosotros. Quienes están al límite son los pacientes. Y merecen algo mejor”.
