Los recientes ataques israelíes en la Franja de Gaza han dejado al menos 37 muertos, según las autoridades sanitarias locales. Sin embargo, Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil, ha elevado esta cifra a 70, destacando que entre las víctimas hay niños y mujeres. Este aumento de la violencia coincide con el mes sagrado del Ramadán, cuando las familias musulmanas se reúnen para romper el ayuno diario.
La reanudación del conflicto comenzó después de que Israel rompiera la tregua vigente desde el 19 de enero. Las tropas israelíes han vuelto a ocupar parcialmente el corredor de Netzarim, dividiendo la Franja en norte y sur, y han declarado ciertas áreas como ‘zonas de combate’, ordenando a los residentes que evacúen.
En respuesta a estos eventos, Hamás ha expresado su deseo de regresar a un alto el fuego. Según fuentes de la organización palestina, mediadores de Egipto y Catar están intensificando sus esfuerzos para lograr una solución pacífica, aunque hasta ahora no se ha logrado ningún avance significativo.
El impacto de esta escalada es devastador, especialmente en las ciudades de Gaza y el norte de la Franja, donde se ha registrado el mayor número de víctimas. Los ataques también han afectado a Ráfah y Jan Yunis en el sur, exacerbando la crisis humanitaria en la región.
Por otro lado, las Fuerzas Armadas israelíes han informado sobre la interceptación de un misil lanzado por los hutíes de Yemen. El portavoz militar hutí, Yahya Saree, afirmó que el misil hipersónico tenía como objetivo el aeropuerto internacional Ben Gurión cerca de Tel Aviv, aunque fue interceptado antes de alcanzar su destino.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con la comunidad internacional observando de cerca los desarrollos. La prolongación del conflicto no solo afecta a la estabilidad regional, sino que también tiene implicaciones políticas internas para los líderes involucrados. La supervivencia política del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parece estar ligada a la continuación de la guerra, lo que complica aún más los esfuerzos de paz.
En conclusión, la Franja de Gaza se encuentra nuevamente en el centro de un conflicto que amenaza con escalar aún más si no se logra un acuerdo de alto el fuego. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para mediar en una solución pacífica y evitar más pérdidas humanas.