Desde el inicio de la ofensiva israelí contra Hamás el 7 de octubre de 2023, al menos 14.500 niños han perdido la vida en la Franja de Gaza, según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Esto equivale a un promedio de 1,3 niños palestinos muertos cada hora. La UNRWA ha enfatizado que estas cifras representan vidas truncadas, no solo estadísticas.
La organización UNICEF también ha denunciado que matar niños no se puede justificar y ha destacado que aquellos que sobreviven quedan marcados física y emocionalmente, muchos con lesiones permanentes. El jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha señalado que Gaza tiene el mayor número de niños amputados por habitante en el mundo, muchos de los cuales se someten a cirugías sin anestesia.
La situación médica en Gaza es igualmente crítica. Según UNICEF, solo quedan tres respiradores disponibles para bebés que necesitan cuidados intensivos. Los médicos denuncian que bebés prematuros y pacientes con enfermedades tratables están muriendo debido a la falta de suministros y equipos médicos.
Además, un informe de FEWS NET ha revelado que miles de palestinos enfrentan hambre en el norte del enclave, donde ya se está produciendo una hambruna en medio del bloqueo casi total de alimentos por parte de Israel. Desde el 1 de diciembre, las autoridades israelíes han denegado la mayoría de los intentos de la ONU para coordinar el acceso humanitario.
En Cisjordania, la situación también es tensa. Durante una incursión militar israelí en Tulkarem, ocho palestinos murieron, incluyendo a un joven de 17 años en Tubas. El Ministerio de Sanidad palestino informó que varios palestinos resultaron heridos en ataques con drones.
La comunidad internacional sigue llamando a un alto el fuego y a una solución pacífica al conflicto, mientras las organizaciones humanitarias trabajan para aliviar el sufrimiento de la población civil atrapada en esta crisis.