Los conflictos armados y los desastres climáticos están proyectados para dejar a 305 millones de personas en el mundo dependiendo de la ayuda humanitaria en 2025. La ONU ha reconocido que, con la financiación internacional que espera obtener, solo podrá asistir a 190 millones de estas personas.
El plan global de asistencia humanitaria presentado por la ONU para el próximo año busca prestar auxilio a 190 millones de personas en extrema necesidad. Para lograrlo, la organización requerirá de 47.000 millones de dólares, aunque hasta ahora ha reunido menos de la mitad del presupuesto necesario para 2024, que era de 50.000 millones.
Las consecuencias de este déficit financiero ya se han manifestado en reducciones de asistencia alimentaria en regiones como Siria, antes del reciente rebrote del conflicto armado. Asimismo, la ayuda para servicios de agua potable y saneamiento en Yemen ha sido recortada, incrementando el riesgo de una nueva epidemia de cólera.
Desigualdad en la Distribución de Ayuda
Al presentar el plan humanitario, el subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios, Tom Fletcher, admitió que no será posible ofrecer el mismo nivel de ayuda a todas las personas vulnerables. ‘Hay que ser cínicos y realistas’ sobre lo que es posible hacer, afirmó Fletcher.
La financiación humanitaria ha disminuido en los últimos años, mientras que las necesidades han crecido alarmantemente. Fletcher destacó la importancia de convencer a los países donantes, tanto tradicionales como nuevos, de que responder a estas crisis de manera práctica y con recursos adecuados es esencial.
Asignación de Recursos a Crisis Específicas
De las crisis actuales, se han identificado catorce que recibirán más de 1.000 millones de dólares cada una. Siria encabeza la lista con un costo de 4.200 millones de dólares, seguida de Sudán, Ucrania, la República Democrática del Congo, Yemen, Afganistán, Etiopía, Sudán del Sur, Somalia, Venezuela y Birmania.
El plan humanitario busca cubrir necesidades vitales que, en muchos casos, son la diferencia entre la vida y la muerte. Además de financiar operaciones de organismos de Naciones Unidas, también apoya a 1.500 socios humanitarios internacionales y locales en 32 países y nueve regiones receptoras de refugiados.
Gracias a esta red de ayuda, se ha logrado asistir a casi 116 millones de personas con alimentos, refugios, atención médica y educación durante el último año.