«Es una crisis migratoria inversa: los trabajadores marroquíes atrapados en España están rogando a su propio gobierno que les permita regresar a sus hogares» explica The New York Times. Marruecos ha permitido hasta el momento, que sólo algunas personas seleccionadas previamente en dos listados puedan regresar a su país
En Ceuta continuan bloqueadas decenas de personas en lo que se puede considerar como uno de los grandes dramas derivados de la crisis del coronavirus. Su país decidió cerrar siu Frontera de manera unilateral dando unas horas para que las personas que quisieran pudiesen volver. Después de más de dos meses, queda patente cada día que decenas de estas personas no consiguieron llegara tiempo y su país les cerró las puertas en la cara.
El abandono de los marroquíes por parte de su Gobierno en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla ha llegado a The New York Times, apuntando que se trata de una «crisis migratoria a la inversa» donde «los trabajadores marroquíes atrapados en España están rogando a su propio gobierno que les permita regresar a sus hogares».
The New York Times recoge que «el obrero de la construcción Mohammed Benali se encuentra entre los cientos de marroquíes que se dirigieron a sus trabajos en el enclave de Ceuta, en el norte de África, un día en marzo, pensando que estarían en casa para cenar, pero en cambio se vieron atrapados durante más de dos meses por los abruptos e inusuales de Marruecos».
El medio internacional explica que «han dormido en un estacionamiento, gimnasios, mezquitas, iglesias o con generosos empleadores» y que entre las historias hay verdaderos dramas como el de «una mujer varada dio a luz» y ha recordado a quienes «estaban tan desesperados que saltaron al mar Mediterráneo para nadar a casa».
Pese a que Marruecos está empezando a permitir el regresos de sus compatriotas, la realidad es que tras dos repatriaciones, decenas de personas continuan bloqueadas en Ceuta, pese a que en la noche de este sábado unas 60 intentaron pasar la frontera, siendo expulsados por su propio país y dejándoles nuevamente, «tirados» en la ciudad autónoma.
Según recoge The New York Times, Benali, quien piso suelo marroquí el viernes, «quedó tan conmocionado por la experiencia que le dijo a The Associated Press: «Nunca volveré a Ceuta de nuevo». Otros siguen estancados, sus fechas de regreso son inciertas».