Este sábado, el Parlamento de Corea del Sur se enfrenta a una decisión crucial al votar por segunda vez una moción de censura contra el presidente Yoon Suk-yeol. La medida surge tras la controvertida declaración de la ley marcial el pasado 3 de diciembre, que fue rápidamente revocada por los legisladores.
Para que la moción prospere, se requieren 200 votos, es decir, dos tercios del parlamento. La oposición necesita el apoyo de al menos ocho diputados del partido gobernante, el Partido del Poder del Pueblo (PPP). Sin embargo, los medios locales informan que el PPP planea votar en bloque contra la destitución, a diferencia de la semana anterior cuando varios miembros boicotearon la votación.
El líder del PPP, Han Dong Hoon, ha enfatizado la necesidad de pensar en el bienestar del país, declarando que «la única manera» de resolver la crisis es suspendiendo al presidente de sus funciones. Por otro lado, Park Chan-dae, líder de la oposición, ha calificado a Yoon como «el mayor riesgo para Corea del Sur».
La situación ha provocado manifestaciones masivas tanto a favor como en contra del presidente, con más de 200,000 personas participando en las protestas, según datos policiales.
Seis Horas que Cambiaron el País
El decreto de ley marcial por parte de Yoon Suk-yeol sorprendió a la nación y al mundo. Aunque fue revocado en seis horas, la medida fue vista como un retorno al autoritarismo no visto en Corea del Sur en cuatro décadas. La ley marcial habría otorgado poderes extraordinarios a los militares y suspendido ciertas libertades civiles.
La reacción fue inmediata; tanto la oposición como miembros del propio partido de Yoon, junto con miles de ciudadanos, salieron a las calles en defensa de las libertades democráticas. Las explicaciones del presidente, quien afirmó que su decisión fue para proteger el orden constitucional, no lograron calmar los ánimos.
El desenlace de esta segunda votación será crucial para el futuro político de Corea del Sur, y podría determinar si Yoon Suk-yeol continúa en el poder o si el país entra en una nueva fase de inestabilidad política.