El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha pedido disculpas públicamente este sábado por su intento de imponer la ley marcial, una medida que generó controversia y críticas tanto dentro como fuera de su partido. Sin embargo, Yoon ha decidido no dimitir, lo que ha intensificado las tensiones políticas en el país.
En una breve declaración desde la oficina presidencial, Yoon expresó: «Pido sinceras disculpas por causar preocupación e inconveniencias a la ciudadanía«. Esta fue su primera aparición pública desde que levantó la ley marcial el miércoles pasado. De pie frente a la bandera nacional, Yoon hizo una reverencia, mostrando un gesto de respeto hacia la nación.
El presidente justificó su decisión de declarar la ley marcial como una medida urgente para salvaguardar el país. Afirmó que asumirá todas las responsabilidades legales y políticas derivadas de su acción. Además, aseguró que no habrá una segunda declaración de ley marcial, calmando así los temores de un posible nuevo estado de excepción.
La situación política se complica aún más con la inminente votación parlamentaria sobre su destitución. Para que esta iniciativa prospere, se requiere el apoyo de dos tercios de la cámara. Esto significa que el bloque opositor, que ya cuenta con una mayoría significativa, necesitará algunos votos adicionales del Partido del Poder Popular (PPP), el partido gobernante.
Dentro del PPP, las opiniones están divididas. Aunque algunos miembros han criticado al presidente por su decisión de recurrir a la ley marcial, otros han optado por respaldarlo. Sin embargo, Han Dong-hoon, líder del partido, ha pedido la suspensión inmediata de Yoon para proteger la estabilidad del país.
La presión sobre Yoon no solo proviene de su partido y la oposición. La premio Nobel de Literatura, Han Kang, se ha declarado conmocionada por la crisis política actual, reflejando el impacto que esta situación tiene en diversos sectores de la sociedad surcoreana.
Con la votación parlamentaria programada para las 19:00 hora local, el futuro político de Yoon Suk-yeol pende de un hilo. El partido gobernante debe deliberar sobre la mejor manera de proceder, mientras el país observa atentamente los desarrollos.
En conclusión, la crisis política en Corea del Sur representa un momento crítico para la democracia del país. Las decisiones que se tomen en las próximas horas podrían definir el rumbo político de la nación y la estabilidad de su gobierno.