La labor de Cruz Roja para apoyar y acompañar a las mujeres víctimas y supervivientes de la violencia de género se realiza de una forma integral y transversal desde diferentes áreas de conocimiento de la Organización, principalmente desde las de Inclusión Social, Empleo y Educación. Desde que comenzara la pandemia, que ha afectado a la intervención en este ámbito al reducir la relación presencial, optimizando por ellos las acciones digitales, Cruz Roja ha garantizado en todo momento, por su consideración de servicio esencial, la atención continuada a las mujeres víctimas de la violencia de género desde todos sus programas y proyectos de intervención. Las mujeres víctimas de violencia de género atendidas por Cruz Roja han sufrido distintas formas de violencia y en elevadas cotas: el 88,7% ha sufrido violencia física, el 61,7% violencia sexual, el 96,7% violencia psicológica y el 70% control de la economía doméstica.
Cruz Roja Española atiende anualmente a más de 24.000 mujeres víctimas de violencia de género y lleva trabajando en este ámbito desde hace más de 30 años. Gestiona en 10 provincias diferentes recursos de acogida temporal a mujeres e hijos e hijas víctimas de violencia de género, principalmente en centros de emergencia, pero también en casas de acogida de media y larga estancia financiados por administraciones públicas en el ámbito local, provincial y autonómico.
Desde el área de Empleo también se trabaja específicamente con estas mujeres. A lo largo de este año, el Plan de Empleo de Cruz Roja (puesto en marcha hace 20 años) ha atendido ya a 48.745 mujeres, donde se ha incrementado la atención a mujeres víctimas de violencia machista: Cruz Roja ha atendido a 3.078 mujeres en esta situación, 454 más que en todo el 2019 y suponen ya un 6% del total de mujeres participantes. Además, desde el Plan de Empleo de Cruz Roja se trabaja con las empresas ofreciendo información y sensibilización en igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y violencia de género.
Además, con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, desde Cruz Roja Juventud y bajo el lema ‘#NoTodasLasFormulasValen: el amor construye, no destruye’ se propone realizar diferentes acciones para sensibilizar a adolescentes y jóvenes, así como a la población en general sobre las relaciones de desigualdad que son la base de la violencia de género, situando a los hombres y a las mujeres como agentes activos en la prevención de la violencia machista para que se responsabilicen y tomen parte, por ejemplo, aprendiendo a diferenciar entre relaciones sanas y relaciones tóxicas
La llegada de la pandemia de COVID-19 ha afectado a miles de millones de personas de todo el mundo y ha incrementado considerablemente el riesgo para las mujeres que están sufriendo violencia de género.
La labor de Cruz Roja para apoyar y acompañar a las mujeres víctimas y supervivientes de la violencia de género se realiza de una forma integral y transversal desde diferentes áreas de conocimiento de la Organización, principalmente desde las de Inclusión social, Empleo y Educación.
Desde que comenzara la pandemia, Cruz Roja ha garantizado en todo momento, por su consideración de servicio esencial, la atención continuada a las mujeres víctimas de la violencia de género desde todos sus programas y proyectos de intervención.
La convivencia obligatoria que ha supuesto para las familias el confinamiento por el COVID-19 ha incrementado el riesgo de sufrir agresiones en el caso de las mujeres víctimas de violencia de género, así como de sus hijos e hijas, que se vieron obligadas a compartir constantemente el espacio del hogar con sus agresores, haciendo más difícil la salida de este tipo de relaciones violentas y aumentando la capacidad de ejercer control por parte del maltratador.
24.500 mujeres víctimas de violencia de género atendidas anualmente
Cruz Roja Española atendió en 2019 a través de sus programas de intervención social en todo el territorio a más de 38.600 mujeres en situación de dificultad social de las que más de 24.500 mujeres eran víctimas de violencia de género, en colaboración con administraciones públicas en el ámbito local, provincial, autonómico y estatal.
Apoyar la empleabilidad de las mujeres víctimas de violencia de género y promover su incorporación al mercado laboral es una de las principales estrategias para que las mujeres ganen en autoestima y autorreconocimiento, al tiempo que acceden a una autonomía personal y a la independencia económica que les permita recuperar sus vidas.
Desde el Plan de Empleo de Cruz Roja en 2019 se ha incrementado el volumen de mujeres atendidas con respecto al año anterior: 54.312 mujeres en dificultad social (63 % del total) han participado en alguna de las iniciativas de inserción laboral. De ellas, 2.537 mujeres eran víctimas de violencia de género. A través de los proyectos específicos del Plan de Empleo de Cruz Roja se logró insertar en 2019 al 32% de las mujeres víctimas de violencia de género. Hasta noviembre de 2020, el Plan de Empleo de Cruz Roja ha atendido ya a 48.745 mujeres (64% del total) y se ha incrementado la atención a mujeres víctimas de violencia machista: Cruz Roja ha atendido en lo que va de año 2020 a 3.078 mujeres en esta situación, 454 más que en todo el 2019, y ya representan un 6% del total de mujeres participantes en el Plan de Empleo de Cruz Roja.
#NoTodasLasFormulasValen
Por su parte, Cruz Roja Juventud, la sección juvenil de Cruz Roja, también actúa frente la violencia de género a través de distintas iniciativas de sensibilización, protección y prevención de la violencia de género, dirigidas a la población juvenil y también a la población general.
Cruz Roja Juventud desarrolla también una iniciativa pionera denominada ‘Espacio Propio’, un proyecto de prevención y protección ante agresiones machistas en espacios de ocio, como festivales y fiestas multitudinarias, que en 2019 alcanzó a más de 14.000 personas en 24 provincias.
‘#NoTodasLasFormulasValen: el amor construye, no destruye’ es el lema de la nueva campaña de Cruz Roja Juventud para sensibilizar y prevenir sobre las relaciones de desigualdad que están en la base de la violencia de género, por ejemplo, aprendiendo a diferenciar entre relaciones sanas y tóxicas.