El sindicato considera «intolerable» que el presidente decida el cierre de centro de la Esperanza y el traslado a Pinniers en plena crisis del coronavirus
Desde CSIF dicen estar «alarmados· tras haber sido testigos de «cómo el presidente de la Ciudad, en plena crisis del coronavirus, ha comunicado su decisión de cierre del Centro La Esperanza, con el traslado de los mena a Piniers», han señalado en nota de prensa.
Tanto la central sindical representantes de los trabajadores como, empleados, los propios directores y técnicos de menores, han tenido conocimiento de esta «decisión sin consensuar, sin estudiar, ni valorar la opinión y estudio de los profesionales de menores que son sin duda, los mejores conocedores de las necesidades, medios y características de las instalaciones donde deben residir los menores al cargo de la Ciudad«.
El sindicato continúa aseguran que «este escándalo sin sentido a menos de que el mismo, tenga oscuros intereses, lo cual investigaremos sin duda, deja a los pies de los caballos y con un futuro incierto tanto a los menores a cargo de la ciudad como, a los propios trabajadores del área de menores ya que podría ser la primera de las acciones destinada a reducir el número de efectivos de dicho área».
En plena pandemia del coronavirus «con premeditación y alevosía» el Gobierno ya ha «mermado considerablemente» la plantilla disponible para la atención a los menores, «dando por finalizado el servicio del SAMU y que daba trabajo a más de 35 profesionales con experiencia para posteriormente, derivar a muchos de los menores que atendían a Piniers, donde la transparencia en contratación de empleados, gestión y situación de las instalaciones y medios brillan por su ausencia«.
CSIF lamenta que «a la más absoluta falta de previsión por parte del Gobierno de planificar adecuadamente la salida de los mena rumbo a Piniers, el despropósito de dar por finalizado el servicio de SAMU de un día para otro y como consecuencia el despido de 35 trabajadores en plena pandemia sin más, ahora el presidente de la Ciudad coloca a la plantilla del Centro de La Esperanza ante la incertidumbre profesional sin explicación alguna ni informar a nadie».
El sindicato teme que «se aprovecharán dichos cambios, tanto de actitud como de decisiones, para favorecer intereses espurios, aunque esperamos equivocarnos».