El sindicato CSIF, representante mayoritario en las Administraciones Públicas y con creciente presencia en el sector privado, ha condenado enérgicamente la agresión sufrida por un trabajador administrativo en el Centro de Salud de Otero, perteneciente a INGESA. Durante el incidente, el agresor rompió el ordenador y la mampara de protección del profesional, además de proferir insultos y amenazas.
CSIF ha reiterado en numerosas ocasiones la necesidad de contar con personal de seguridad en los centros de salud para prevenir este tipo de situaciones. «Los hechos demuestran que la presencia de seguridad es imprescindible para garantizar la integridad de los trabajadores y evitar nuevos episodios violentos», ha manifestado el sindicato.
En los últimos meses, se ha registrado un aumento de agresiones tanto en atención primaria como en especializada dentro de INGESA. Ante esta preocupante realidad, CSIF exige más recursos y medidas efectivas para abordar este problema y garantizar que las agresiones no queden impunes.
El sindicato también recuerda que agredir, insultar o amenazar a un profesional sanitario constituye un delito con consecuencias económicas, penales y administrativas. CSIF insiste en que proteger a los trabajadores del sector es una prioridad y reclama que las autoridades actúen con contundencia para erradicar estas agresiones.