El Ministerio de Energía y Minas de Cuba ha anunciado que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ha colapsado completamente este viernes. A las 11:07 de la mañana, el SEN sufrió una desconexión total debido a las condiciones críticas en las que operaba.
El origen del problema se encuentra en la central termoeléctrica de Guiteras, una de las más grandes del país. Esta planta, que ha estado operativa durante todo el verano, necesitaba mantenimiento urgente, según informó la Unión Eléctrica (UNE) el jueves pasado.
La central de Guiteras, con más de cuatro décadas de actividad, ha sido retirada del sistema para realizar reparaciones necesarias. Este mantenimiento no programado ha dejado al país en una situación vulnerable, exacerbando los problemas preexistentes en la infraestructura eléctrica de Cuba.
El colapso del sistema eléctrico ha tenido un impacto significativo en la vida diaria de los cubanos. Sin electricidad, muchas actividades cotidianas se han visto interrumpidas, afectando tanto a hogares como a negocios. La falta de energía también ha generado preocupaciones sobre la conservación de alimentos y el acceso a servicios básicos.
Las autoridades están trabajando intensamente para restablecer el servicio eléctrico lo antes posible. Se han movilizado equipos técnicos para evaluar y reparar los daños en la central de Guiteras y otras partes del sistema eléctrico nacional.
Este incidente subraya la necesidad urgente de modernizar la infraestructura energética de Cuba. La dependencia de plantas termoeléctricas antiguas y la falta de mantenimiento adecuado han contribuido a la vulnerabilidad del sistema eléctrico del país.
El gobierno cubano ha reconocido estos desafíos y está explorando opciones para diversificar sus fuentes de energía, incluyendo la inversión en energías renovables. Sin embargo, la transición hacia un sistema energético más sostenible requerirá tiempo y recursos significativos.
Mientras tanto, la población cubana enfrenta las dificultades diarias de vivir sin un suministro eléctrico confiable. La comunidad internacional observa de cerca la situación, ofreciendo apoyo y asistencia técnica para ayudar a Cuba a superar esta crisis.
En resumen, el colapso del sistema eléctrico cubano es un recordatorio de la fragilidad de las infraestructuras críticas y la importancia de invertir en su modernización para garantizar un suministro energético seguro y sostenible para todos los ciudadanos.