Lamentablemente me veo en la obligación de hablar sobre este tema sobre todo cuando hay muchos profesionales del sector de la seguridad privada que sufren en silencio y que la mayoría de las veces se ven empujados a coger bajas por depresión porque la carga que llevan es tan grande que no saben sobrellevarla. Por ello me quisiera dirigir a ellos y decirles que, existe un marco normativo donde obliga a las empresas a prevenir y combatir el acoso laboral en los puestos de trabajo.
Me dirijo hoy a todos esos profesionales que lo están pasando mal, porque a veces se ven presionados por sus jefes y en otras ocasiones, por sus empresas al no querer entrar en el juego de hacer más horas. Un sector que actualmente, factura muchísimos millones de euros y que ha sabido aprovechar en su beneficio esta pandemia, por lo que cada día va a más y es triste saber que hay trabajadores que por ser una profesión mal remunerada, se echan sobre sus espaldas jornadas maratonianas de doce horas, que desconocen el significado de conciliación de la vida familiar y aún así no podiendo llegar a final de mes, toman la drástica y dolorosa decisión de quitarse la vida. Pero esto no se cuenta, no se dice porque parece no interesar a nadie, sólo les lloran familias destrozadas por esta tragedia. Estas grandes compañías suman grandes beneficios cada año, pero en general no se preocupan por sus trabajadores, son máquinas de hacer dinero, por lo que respecta a la humanidad y en lo referente al bienestar de sus empleados, no les afecta absolutamente nada, a aquellos que se quejan y abogan por sus derechos, rápidamente se les planta en la calle con informes (en muchos casos) falsos donde se le recriminan al trabajador ciertas faltas cometidas y de no poder ser demostradas por el interesado que éstas son falsas, es puesto en la calle y sin cobrar un duro. Se trata de una dura batalla, de una lucha entre David y Golliat.
Sería importante y necesario crear en las empresas protocolos de actuación que no existen a día de hoy para evitar en un futuro que se den estos casos.
La Ley 31/1995 de Prevención de riesgos laborales, obliga a las empresas vigilar y mejorar las conductas de sus trabajadores donde no solo identifica los riesgos físicos sino también lo psicosocial causando un deterioro en la salud. Otra de las leyes a la que poder recurrir es la Ley Orgánica 7/2007 de Igualdad entre hombres y mujeres.
En mi caso la empresa se porta bien.
Es en el servicio dónde algunos/as funcionarios/as incordian y es demasiado desde 2011 pero recrudecido en 2013 hasta la actualidad.