La Consejería lleva a cabo intervenciones trimestrales dirigidas por un conservador-restaurado. Actualmente se está realizando la actuación que estaba prevista en marzo y que debió retrasarse a consecuencia del estado de alarma por la COVID-19. El yacimiento es un importante testimonio de la Ceuta del siglo XIV, un legado patrimonial que requiere una atención permanente para asegurar su conservación
La Consejería de Educación y Cultura está acometiendo intervenciones trimestrales en el yacimiento de Huerta Rufino, descubierto en 1995 e integrado hoy en el edificio de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez, y que comprende varias viviendas con patio central articuladas en torno a calles ortogonales. Se trata de actuaciones dirigidas a la conservación preventiva de dicho yacimiento.
Estas tareas, dirigidas por un conservador-restaurador, comprenden las siguientes fases: diagnóstico e identificación de patologías; propuesta de actuación; aprobación, si procede por la Ciudad Autónoma; ejecución de las actuaciones previstas; evaluación de resultados y redacción de la memoria de la intervención.
En estos días se está llevando a cabo la intervención inicialmente prevista para el pasado mes de marzo, y que debió retrasarse por la declaración del estado de alarma a causa de la enfermedad del coronavirus.
Estos trabajos se llevan a cabo a través de un contrato que fue firmado en septiembre de 2019 y que tendrá una duración de tres años. En la contratación, promovida desde la Ciudad Autónoma a través de la Consejería que dirige Carlos Rontomé, resultó adjudicataria la restauradora Ilaria Scalia. El contrato fue adjudicado por 18.000 euros más impuestos.
Huerta Rufino es uno de los mejores ejemplos de viviendas insertas en su contexto urbano conservado de época mariní. Esto motivó que una parte del yacimiento fuese preservado e integrado en el proyecto constructivo de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez.
Se trata de un importante testimonio de la Ceuta del siglo XIV, un legado patrimonial que requiere una atención permanente para asegurar su conservación. Por ello, la Ciudad Autónoma lleva a cabo desde su integración en el edificio bibliotecario un programa de conservación preventiva.