Julio Alberto cumplió este 4 de febrero los 68 años en el Hospital Universitario, donde lleva un mes ingresado. El trato que ha recibido de todo el personal, sanitario y no sanitario, durante este tiempo, le lleva a hacer un doble llamamiento. Nos insta a cuidar la «sanidad pública y universal» y también a que nos cuidemos a nosotras mismas porque «el bichito» sigue estando ahí y sigue siendo igual de peligroso
Un mes de ingreso hospitalario da para muchos ratos de reflexión. Parece que Julio Alberto García, que ingresó el 4 de enero en el Hospital Universitario de Ceuta y que el 4 de febrero cumplió 68 años además de un mes de hospitalización, ha dedicado parte de ellos a valorar la importancia de la sanidad pública en nuestro país. Una reda que nos protege a todas, pero que, como todo en esta vida, necesita cuidados y mantenimiento. Eso es, precisamente, lo que pide Julio Alberto: que la cuidemos.
Una vez superada la infección por coronavirus, ahora toca luchar día tras día para combatir las secuelas que le han quedado. El proceso es lento y ha de ser paciente, cosa que, según explica, no le está costando mucho trabajo gracias al personal sociosanitario del INGESA, que le hace sentir «como en casa«. Desde los médicos que le han atendido, tanto por teléfono -antes de ingresar al hospital- como presencialmente; hasta el personal de limpieza, pasando por el del enfermería y los/as auxiliares, todos/as tienen el agradecimiento de Julio Alberto. «Los ceutíes os podéis sentir orgullosos de vuestra sanidad pública y universal, al igual que en todo nuestro territorio nacional, y sin despreciar a la privada, que también ha estado a la altura», asegura agradecido.
Y es que no solo son los cuidados que recibe, sino «las visitas diarias» y el «trato«. Las fotos de su cumpleaños dan fe de que ha estado y estará bien acompañado mientras siga en el Universitario. Las secuelas del «bichito«, como lo llama Julio Alberto, se han traducido para él en una neumonía biliteral «que se ha complicado con un hemotórax, más complicado de curar ya que el daño en los pulmones es muy grave» y, por tanto, la recuperación es más lenta. Desde la experiencia de quien se las ha visto de frente con la covid-19 lanza otro mensaje, otro deseo: «No bajemos la guardia en protegernos contra este bichito que mata. Cuidaros. Y, en cuanto toque, vacunas«.