Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ha dado un paso significativo al nombrar a David Sacks, exdirector de operaciones de PayPal, como el nuevo líder encargado de las políticas de inteligencia artificial y criptomonedas en su administración. Este movimiento subraya el compromiso de Trump de integrar tecnologías avanzadas en la estructura económica del país.
En una publicación en su red social Truth Social, Trump destacó que Sacks trabajará en el desarrollo de un marco legal que proporcione claridad a la industria de las criptomonedas, permitiendo así su crecimiento en Estados Unidos. Aunque no se ha confirmado si ‘zar’ es un título oficial, el rol de Sacks será crucial para cumplir la promesa de Trump de convertir al país en la ‘capital criptográfica del planeta’.
Sacks, nacido en Sudáfrica, es conocido por ser uno de los primeros evangelistas de las criptomonedas. Como cofundador de Craft Ventures y exlíder de PayPal, Sacks ha estado en la vanguardia de la innovación tecnológica. Su experiencia en el sector financiero digital lo convierte en una elección estratégica para este nuevo desafío.
Además de su papel en PayPal, Sacks fue director ejecutivo de Zenefits y fundador de Yammer, una red social empresarial. En una entrevista de 2017 con CNBC, expresó su creencia de que el auge del bitcoin estaba revolucionando Internet, lo que refuerza su visión progresista sobre las criptomonedas.
En otro anuncio importante, Trump ha nominado al exsenador David Perdue como embajador de Estados Unidos en China. Perdue, con una extensa carrera en negocios internacionales, será clave en la implementación de estrategias para mantener la paz y fomentar relaciones productivas con China. Esta nominación es parte de una serie de designaciones de línea dura hacia China, indicando una política exterior más firme.
Con estas decisiones, la administración Trump parece estar preparando el terreno para una era de transformación tecnológica y diplomática. La combinación de liderazgo en IA y criptomonedas, junto con una política exterior robusta, podría redefinir el papel de Estados Unidos en el escenario global.