Antes de desarrollar brevemente el encabezamiento que da título a este artículo me gustaría reseñar algunas situaciones que se han dado en España e intentar dejar la semilla de la reflexión en los lectores.
La capital de España es Madrid. Para su presidenta “Madrid es España dentro de España. ¿Qué es Madrid si no es España?” expresó como parte de un argumentario del nivel del alcalde de Madrid. Ayuso-Almeida tienen la capacidad intelectual que expresan en sus comparecencias. ¡Ni más ni menos! Son juguetes, con obsolescencia programada, en manos del PP de fraCasado, que incluso fracasa en sus relaciones de pareja. Pudimos asistir en directo a la ruptura con Abascal. Que no fue política, por mucho que desde los panfletos mediáticos de la derecha nos intenten hacer ver, sino personal. Y lo mismo pasó poco antes con Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, decimocuarta marquesa de Casa Fuerte, con la que rompió política y personalmente, también públicamente.
Pero, retomemos lo de que Madrid es la capital de España. Ese Madrid que cuando hay alguien del PP cerca se llena de banderas rojigualdas y alocuciones patrióticas. Junto a discursos de confrontación con otras comunidades “antiespañolas” que con sus actos contrarios al bien común de todos los españoles se identifican y definen. ¿Y qué está haciendo Ayuso desde la capital de España? ¿Desde España, mismamente según sus palabras?
¿Se imaginan que ocurriría si las actuaciones de Ayuso vinieran desde Catalunya, País Vasco o Navarra? Podemos aventurar cual sería la respuesta de la derecha, ultra derechizada, española. Respuesta abanderada por las exparejas de Casado y él mismo y por supuesto por su Frankenstein particular, Ayuso. Revivida en plena pandemia para ser el azote de dios, el dios Aznarín (deidad totémica de un pasado en el que el mundo estaba amenazado por almas de destrucción masiva, las de Blair, Aznar y Bush). Lo que ocurre es que, al parecer, la descarga eléctrica para reactivar sus órganos vitales fue excesiva y ha dejado daños colaterales, principalmente localizados en el cerebro y sus funciones cognitivas, a tenor de sus declaraciones y actuaciones. Eso o los demás vivimos en una realidad paralela, incluidos los presidentes de Castilla-La Mancha (PSOE) y Castilla y León (PP) que tras la reunión con la suma sacerdotisa del culto aznariano creyeron haber llegado a un acuerdo y solo consiguieron un desacuerdo y grandes dosis de desconcierto.
Y hablando de desconcierto he de referirme a la amplificación del mismo por las decisiones del Gobierno de España respaldando la decisión de Ayuso del cierre perimetral/puntual a la carta de Madrid, y las demenciales declaraciones que sustentan su decisión. Y con la finalización de la anterior frase me refiero tanto a Ayuso como al Gobierno de España.
Ya lo decía Ayuso: “Tratar a Madrid como al resto de las comunidades es, a mi juicio, muy injusto”, así que ella pone el componente diferencial y el Gobierno de Sánchez lo permite, una vez más.
El Gobierno de España toma una decisión política apoyando a Ayuso para no entrar en una confrontación política demostrando así su debilidad política, pero por encima de todo obviando las necesidades sanitarias y de seguridad de todos los españoles. Y habrá quien me diga que si el resto de comunidades están cerradas no importa lo que decida Madrid. Errada desde dos vertientes está afirmación, primero la sanitaria, pues los madrileños pudieron salir de su comunidad hacia otras durante todo el jueves, y con anterioridad, con el riesgo de propagación de la COVID-19 que eso conlleva, y segundo porque desde el punto de vista político (que no defiendo pero que es el que prima en España desde el inicio de este drama sanitario) Ayuso gana un nuevo pulso al Gobierno de España (con lo patriótica que son ella y los suyos) mostrando el camino al resto de comunidades que quieran en algún momento hacer frente al Gobierno de Sánchez y demostrar su insolidaridad e interpretación de las normas. Por esa regla de tres, por ejemplo, Catalunya ya debiera de ser independiente.
La falta de empatía de Ayuso para con el resto de comunidades y su desprecio al resto de españoles pasará factura al PP a nivel nacional, su juguete lleva un virus dentro señor Casado, el de la desafección política y se propagará rápido entre sus feligreses. Los síntomas serán movilización del voto hacia la ultraderecha y el PSOE, si no, tiempo al tiempo. Eso sí, a nivel local, a nivel comunidad de Madrid, significará algo diferente. Ayuso podrá ganar votos a costa del, de facto, desaparecido Aguado (que si es inteligente y pragmático políticamente está tardando en formar gobierno con el PSOE en Madrid, le costará votos, pero no la sangría que le supondrá seguir apoyando a Ayuso).
Señora Arrimadas, de seguir así, Aguado será la causa del hundimiento total de Ciudadanos a nivel nacional. Curioso, primero Rivera y luego Aguado, ambos varones, son los que han impedido la posibilidad de despegue político del único partido liderado por una mujer. Si bien el hecho de que Aguado siga en la triada de la ultraderecha madrileña es responsabilidad suya, señora Arrimadas.
Debo señalar que las máximas responsabilidades están en los que están. Casado y Sánchez, pero emanan de sus asesores. No estamos en campaña electoral pero estos últimos se comportan como si lo estuviéramos y han conseguido venderle la moto a Pedro y Pablo, a PSOE y PP. Sin la autorización expresa y el beneplácito de ambos, ni Ayuso seguiría fielmente los dictámenes de su asesor ni Redondo continuaría jugando al marketing político.
¿Y por qué se actúa de esta manera? Pues sencillamente porque sí estamos en campaña electoral. El PP intentando ocupar su lugar restando a Vox y sumando con parte de lo que queda de Ciudadanos y el PSOE restando a Podemos y sumando con parte de lo que queda de Ciudadanos. Existen errores groseros en estas interpretaciones lineales de la política española por parte de los asesores de PP y PSOE. El primero es que si algo se ha demostrado es que los votantes de Ciudadanos emigraron mayoritariamente a Vox. ¿Menos mal que es un partido de centro? El segundo es que Podemos no bajará más, uno de los motivos es lo que ha ocurrido en Andalucía con Teresa Rodríguez (y soy plenamente consciente de que muchos no lo verán así, de nuevo pido tiempo al tiempo), se mantendrá o subirá ligeramente.
Enlazamos justo aquí con la obsolescencia programada que trae ingentes beneficios al empresario por obligar al consumidor a la compra rutinaria del mismo bien actualizado o elementos necesarios para su actualización pero que deja gran cantidad de residuos en el medio ambiente y por ende en nuestro mundo. Pero cada día es más evidente que esto es apostar por el corto plazo (en un principio el consumidor cae en la trampa) y no otear el horizonte (a medio o largo plazo el consumidor informado apuesta por la calidad y solo el desinformado o el que no tiene más remedio acude a productos programados para romperse en poco tiempo). Lo mismo ocurrirá con Ayuso-Almeida y el fabricante, el empresario, Casado lo podrá comprobar. Si es que para entonces sigue liderando el PP.
¿Por qué vamos de cabeza lanzados a un confinamiento domiciliario como en Marzo, pero más corto y leve?
Entre otros motivos por el apoyo que acaba de dar el Gobierno de Sánchez a Ayuso. Por más que desde el Ministerio de Sanidad se indique que no tiene título habilitante, según el Real Decreto del estado de alarma, para autorizar o no las medidas de la autoridad delegada, que es la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Y por más que el próximo miércoles el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud establezca nuevos criterios de aplicación del estado de alarma.
¿No eran consciente en el Gobierno de Sánchez de que hay que adelantarse a Ayuso? ¿No sabe el Gobierno de Sánchez que Ayuso manipulará torticeramente cualquier decisión para continuar esta confrontación política? ¿Iván Redondo sólo sabe de marketing y no de gestión? Es posible, pero ¿no tiene nadie el Gobierno de Sánchez en el Gobierno de Sánchez que sea capaz de suplir estas carencias? Si Ayuso está ganando la partida una y otra vez, una y otra vez, al Gobierno de Sánchez, ¿en qué lugar del espectro intelectual quedan los asesores de Sánchez con Redondo a la cabeza? Y reitero que si este artículo tiene esta línea es porque en España la derecha y la ultraderecha han decidido convertir la pandemia en un problema de confrontación política en lugar de aunar fuerzas para vencer a la enfermedad y a la futura crisis económica que llegará. ¡Y el Gobierno no ha sabido ni salir de este escenario ni confrontar en este escenario! Lo que nos dice a las claras lo que está ocurriendo realmente y ¿hacia dónde nos dirigimos lenta y gradualmente? Hacia un confinamiento domiciliario, no tardando por el bien de la ciudadanía, y hacia el precipicio como sociedad.
¿Responsables? Todos, absolutamente todos, los políticos. En efecto no todos los políticos son iguales (me remito por ejemplo al proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2021 y la decidida defensa de lo público, lo social, el feminismo, y el medio ambiente que llevan la inequívoca firma de Podemos), pero se acaban de igualar en su incapacidad para conseguir que la desafección política siga aumentando. Unos tienen claro que prefieren destruir con la finalidad de derrocar al Gobierno y los otros que no saben construir para oponerse eficazmente a los primeros. En medio la ciudadanía asistiendo anonadada y hastiada a este espectáculo.
Más pistas que nos abocan al confinamiento domiciliario, insisto diferente al de marzo, en unas semanas:
– mayoría de UCIs en España al límite o directamente colapsadas;
– clima social cada día más tenso y con algaradas callejeras que irán, sin dudas, en aumento;
– actuaciones que se están tomando en el entorno de la Unión Europea, Alemania, Francia, Italia, …
– debilidad brutal de las autonomías para actuar federalmente y coordinados con el Gobierno;
– y hay que salvar la Navidad, económica y sociopolíticamente.
Estas son algunas, las más evidentes, de las circunstancias que nos indican que vamos de cabeza al confinamiento domiciliario. Centrándome en la última decir que no podemos permitirnos unas Navidades confinados o con cifras elevadísimas de contagiados, no tan sólo por la economía sino por la cohesión social, y por el enorme desgaste político que supondría para el Gobierno de España llegar a la segunda semana de Diciembre confinados en casa o con una tasa de contagios estratosférica.
Y ya que hablamos de desgaste político, ¿dónde está el señor Gabilondo?, que es quien debiera ser la pareja de baile de Ayuso y evitar, en la medida de lo posible, que sus desmanes apunten e impacten directamente en el presidente del Gobierno. Madrid no sólo no tiene un gobierno deficiente, sino que además la oposición socialista se ha auto confinado en casa desde incluso antes de comenzar la pandemia.
No quisiera concluir sin lanzar un mensaje positivo, y es que los próximos Presupuestos Generales del Estado, ¡qué se aprobarán con total certeza! significarán el mayor gasto social de la historia al alcanzar los 239.765 millones de euros. Incrementándose las partidas destinadas a servicios sociales y protección social un 70,3% con la ayuda de los fondos europeos. Se nota la presencia de Podemos.