Soumaya tiene tarjeta de residencia pero su hija, nacida en Ceuta, no está escolarizada. Naufal nació hace 17 años en Ceuta, siempre ha vivido aquí, pero no es residente a ojos de la administración por no poder formalizar el padrón.
El empadronamiento en Ceuta y en Melilla funciona diferente que en el resto del Estado. En cualquier ciudad de la Península para obtener el padrón no es necesario tener tarjeta de residencia, pero en las ciudades hermanas sí. Las consecuencias de esta excepcionalidad burocrática son múltiples y generan situaciones quijotescas, como cuando Naufal se encontró que no le dejaban entrar a su ciudad el día que se fue a Marruecos a sacarse una muela. O cuando a Karima, que vive en la ciudad caballa y está casada con un ceutí, le dicen que para para obtener la residencia tiene que pagar la sanidad pública que ha utilizado con anterioridad, manque presente papeles que demuestran que no está en una situación económica que lo permita.
El Centro San Antonio ha organizado un encuentro con decenas de personas que tienen situaciones legales complicadas y una abogada de las asociación Cardjin. La letrada Fátima Vaca, ha explicado que las experiencias que ha escuchado esta mañana solo se las ha encontrado en Ceuta. El caso de Naufal es paradigmático: tiene 17 años pero sus padres nunca se han podido empadronar. Para hacer este trámite necesitas una tarjeta de residencia, pero para conseguir esta, necesitas el padrón. Es un perro que se muerde la cola que deja a muchas personas, por ejemplo, sin escolarizar. Y la consecuencia es que es un joven «extranjero» en la ciudad donde ha nacido.
El empadronamiento es una de los grandes handicaps de la administración local, que mantiene un control exhaustivo por la circunstancia fronteriza de Ceuta. Hace unas semanas, el ejecutivo anunciaba que la persecución contra «los empadronamientos irregulares» se había saldado con más de 7.000 expedientes cerrados.
Sin el derecho universal de ir al colegio
Naufal explica que, en su momento, fue escolarizado en el CEIP Santa Amelia gracias a la intercesión directa del entonces director. Al mismo tiempo, cuenta que sus hermanos tuvieron que ir a clases en una asociación hasta los 10 y 13 años, antes que la Ciudad los escolarizó. Ahora, a sus 17 años, está estudiando una F.P. en el I.E.S Almina, pero cuenta que al no tener papeles le embargaran el título hasta que los consiga, y a menos de un año de ser mayo de edad, sabe que tiene poco tiempo antes que se le complique la cosa. No ser residente le ha supuesto a Naufal un perjuicio respecto a sus amigos, que han podido ir de viaje escolar fuera de Ceuta, pueden pasar un fin de semanas en Algeciras o jugar federados en un equipo de futbol, entre otras cosas del día a día.
Soumaya también lucha por la escolarización de su hijo de cuatro años. Aunque nació en Ceuta y ella tenía tarjeta de residencia, por problemas familiares no lo empadronaron. Ahora este error lo está pagando caro, puesto que el niño de momento no puede ir al colegio. Aun así, explica que «en Madrid» están estudiando los papeles y que recibirá una respuesta en breves.
«En Ceuta existen menores que se les niega el derecho a la educación por no estar empadronados, a pesar de vivir en la ciudad y tener arraigo en Ceuta porque su familia reside desde hace tiempo”. Así lo ha denunciado Digmun en varias ocasiones, tal y como recogía un artículo hace unos meses.
La sanidad no es universal en Ceuta
El joven ceutí, marroquí burocráticamente, ha tenido que ir en alguna ocasión a Marruecos por temas médicos, puesto que, fuera del servicio de urgencias, tiene denegado el acceso a la sanidad pública. Karima explica que fue, a sabiendas de su veto sanitario, a Urgencias por un dolor de tripa de su hijo pequeño. Le dijeron que no era urgente, por lo que la única opción que le quedaba era la farmacia. Soumaya también denuncia que no puede llevar a su hijo a servicios como la oftalmología, puesto que de momento, no dispone de tarjeta sanitaria.
Con la entrada del nuevo ejecutivo socialista el año pasado, el ministerio de Sanidad restauró «la sanidad universal». O al menos parcialmente. La normativa publicada en el BOE está encabezada por un contundente sentencia: «El acceso al Sistema Nacional de Salud en condiciones de equidad y de universalidad es un derecho primordial de toda persona«. Aun así, existen varios «peros», como en el artículo 3.2.b, donde se especifica que «siempre que no exista un tercero obligado al pago de dicha asistencia». Y Marruecos, en este caso, es el tercero.
Asesoramiento para entender los problemas burocráticos
Para asesorar y acompañar a personas, el Centro San Antonio está ofreciendo un programa para “la reinserción socio-laboral para personas migrantes (con tarjeta de residencia) en Cadiz y en Ceuta». Además, la abogada de la asociación Cardjin se ha comprometido a seguir los casos de algunas de las personas que hoy han asistido a la charla.