Consolidar las Reformas de Francisco
El próximo papa deberá consolidar las reformas iniciadas por Francisco, especialmente en términos de sinodalidad y superación del clericalismo. La sinodalidad busca una mayor participación de todos los bautizados, pero su implementación universal es un proceso complejo. El compromiso con este enfoque se reafirma con la Asamblea Eclesial programada para 2028.
Revitalizar la Misión Evangelizadora
En un mundo cada vez más secularizado, revitalizar la misión evangelizadora es crucial. Francisco ha enfatizado la necesidad de adaptar la comunicación de la fe a los nuevos lenguajes y realidades, promoviendo una ‘Iglesia en salida’ que utilice un lenguaje accesible y significativo para todas las culturas y generaciones.
Igualdad Real de la Mujer
El papel de la mujer en la Iglesia sigue siendo un tema de debate. Aunque Francisco ha dado pasos hacia una mayor inclusión, el próximo papa deberá enfrentar la demanda de una verdadera equiparación y participación femenina en la toma de decisiones eclesiales.
Abusos Sexuales
Los abusos sexuales en la Iglesia han sido un tema doloroso y persistente. Francisco implementó medidas significativas, pero queda mucho por hacer. El próximo pontífice deberá continuar con una política de ‘tolerancia cero’ y promover la transparencia y la rendición de cuentas.
Unidad Interna y Diversidad
La unidad interna es esencial para enfrentar los desafíos externos. Francisco ha trabajado para superar las divisiones internas mediante el diálogo y la promoción de la sinodalidad. El próximo papa deberá continuar este esfuerzo, promoviendo la inclusión de diversas identidades y orientaciones sexuales.
En resumen, el nuevo líder de la Iglesia Católica enfrentará una constelación de retos interconectados que requerirán liderazgo visionario y un profundo discernimiento evangélico para guiar a la Iglesia a través de las complejidades del siglo XXI.