La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha advertido sobre un futuro económico complicado, marcado por un crecimiento lento, una deuda elevada y tensiones geopolíticas. Durante su discurso preliminar a las reuniones anuales del FMI, enfatizó la necesidad de que los gobiernos actúen para revertir esta situación.
Georgieva destacó que los gobiernos deben reducir la deuda y reconstruir los amortiguadores económicos para enfrentar futuros shocks. Las previsiones de crecimiento global, que se actualizarán en las próximas reuniones, ya indican un crecimiento del 3,2% para este año y del 3,3% para 2025.
En el caso de España, el FMI ha elevado sus previsiones de crecimiento a un 2,4% para este año, lo que representa un incremento de cinco décimas respecto a estimaciones anteriores.
A pesar de algunas buenas noticias, como la disminución de la inflación mundial sin provocar una recesión global, Georgieva advirtió sobre el entorno geopolítico complicado, especialmente el conflicto en Oriente Próximo, que podría desestabilizar economías regionales y mercados energéticos.
Además, el aumento de los gastos de defensa y el proteccionismo están creando restricciones comerciales, afectando el comercio como motor de crecimiento. Georgieva señaló que el crecimiento a medio plazo será ‘mediocre’, insuficiente para erradicar la pobreza o generar empleos necesarios.
El FMI estima que la deuda pública mundial superará los 100 billones de dólares para finales de este año, acercándose al 100% del PIB mundial para 2030. Esto representa un aumento significativo desde antes de la pandemia.
Para contrarrestar este panorama, Georgieva instó a los gobiernos a implementar reformas fiscales y políticas que mejoren la productividad, reduzcan la burocracia y aprovechen tecnologías como la inteligencia artificial. También subrayó la importancia de la cooperación internacional para abordar desafíos globales.
Durante las reuniones anuales, se espera que Georgieva llame a los gobiernos a trabajar juntos para mejorar las perspectivas económicas colectivas, enfatizando que no se deben dar por sentadas las tensiones globales, sino trabajar para reducirlas.