Los vecinos de Paiporta observan con preocupación sus hogares tras ser desalojados debido al riesgo de derrumbe provocado por la reciente DANA. Un guardia civil intenta calmar a un residente nervioso, sugiriendo que quizás solo sea necesario apuntalar el edificio para que puedan regresar.
Este es solo uno de los muchos escenarios que se han vivido en Valencia durante la primera semana tras las inundaciones, que afectaron a más de 75,000 viviendas. En algunos casos, el agua destruyó muebles y paredes; en otros, los daños comprometieron la estructura del edificio, llevando al ayuntamiento de Chiva a considerar demoliciones.
Salvador Lara, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, señala que desalojar a las personas de sus hogares es una medida extrema. Afortunadamente, algunas inspecciones más detalladas han permitido que los residentes regresen a sus casas.
La tarea de revisar y asegurar las construcciones en las zonas afectadas es monumental. Los ayuntamientos, junto con el Instituto Valenciano de la Edificación (IVE), bomberos y Protección Civil, trabajan arduamente para llevar a cabo esta labor. Además, se deben plantear soluciones tanto temporales como a largo plazo, especialmente en áreas con niveles de renta por hogar inferiores a la media provincial.
¿Qué tipo de daños pueden presentar las viviendas?
Lara distingue entre daños causados por el impacto directo del agua en las estructuras, comunes en zonas montañosas, y aquellos provocados por el agua acumulada en áreas llanas. El proceso de secado puede causar grietas imprevisibles, especialmente en construcciones de tapial, que son más vulnerables debido a su composición.
¿Cómo se evalúan los daños a las viviendas?
Los arquitectos recomiendan a los afectados contactar con sus ayuntamientos o el 112 si sospechan daños. Las inspecciones deben ser realizadas por profesionales. El Instituto Valenciano de la Edificación coordina estas evaluaciones, actuando como enlace entre los ayuntamientos y los técnicos voluntarios que realizan las inspecciones.
De los alojamientos temporales a la necesidad de viviendas permanentes
La devastación causada por la DANA ha obligado a muchas familias a compartir techo o recurrir a alojamientos temporales proporcionados por las autoridades. Sin embargo, es crucial planificar viviendas permanentes para aquellos cuyas casas no pueden ser reparadas, involucrando a las comunidades locales en el proceso de reconstrucción.
Proteger la zona de futuras riadas
Más allá de reparar los daños actuales, es esencial adoptar un enfoque integral que incluya la prevención y mitigación de futuros desastres. Esto implica evitar construcciones en zonas inundables y considerar los efectos del cambio climático. Salvador Lara sugiere que el área metropolitana de Valencia debería poder evacuar rápidamente las aguas al mar, similar al Plan Sur implementado tras la riada de 1957.
La protección de las comunidades afectadas requerirá una inversión significativa y la colaboración entre el gobierno y las autoridades locales. Como advierte Lara, no se puede dejar toda la responsabilidad en manos de los ciudadanos; se necesita un esfuerzo coordinado para garantizar la seguridad y resiliencia de estas áreas.