Una Trampa Virtual Basada en IA
La detenida operaba sola, utilizando un teléfono móvil equipado con aplicaciones de edición fotográfica y un dispositivo de iluminación para autograbaciones. Con estos recursos, creaba una imagen falsa de sí misma, alterando su apariencia mediante inteligencia artificial. Esta identidad ficticia le permitía captar rápidamente la atención de sus objetivos en redes sociales.
Una vez que establecía contacto con los hombres, generaba confianza hasta conseguir que le enviaran imágenes íntimas. Posteriormente, las utilizaba como herramienta de coacción, amenazando con difundirlas si no realizaban pagos a través de transferencias bancarias.
La Investigación Recibe el Nombre de ‘Curvas’
La operación, denominada ‘Curvas’, fue llevada a cabo por agentes de la Sección de Ciberdelincuencia de Málaga y la Brigada Provincial de Policía Judicial de San Sebastián. Tras detectar los primeros casos de sextorsión, comenzaron a investigar una cuenta de red social con más de 13.000 seguidores, utilizada para promocionar la imagen ficticia de la detenida y captar nuevos objetivos.
Las denuncias indicaron que algunas víctimas llegaron a interactuar con la mujer en transmisiones en directo, lo que aumentaba la credibilidad de la estafa.
El Rastro de las Transferencias Deja Evidencias
La detenida recibió numerosos pagos identificados con conceptos como ‘envío por acuerdo de parar amenaza’ o ‘borra, por favor’. Estos registros permitieron rastrear los movimientos bancarios y conectar las cuentas con su identidad. Sin embargo, se estima que el número real de afectados es mayor, ya que muchos hombres prefirieron no denunciar por razones personales.
Durante el registro en su domicilio, se hallaron un teléfono móvil, un trípode con aro de luz y diversas aplicaciones de edición gráfica basadas en IA. No se encontraron equipos sofisticados, lo que indica que la detenida ejecutó su plan con pericia y recursos limitados.
El análisis del teléfono móvil reveló 3.500 conversaciones que documentaban una evolución en sus métodos. Inicialmente, ofrecía supuestos servicios de citas previo pago, pero nunca se presentaba en los encuentros pactados. Más tarde, dirigía a sus seguidores a un canal privado de contenido sexual, que también resultaba ser una estafa. Finalmente, evolucionó hacia la sextorsión.
Aunque la mujer tenía rasgos faciales similares a los de las imágenes, la apariencia corporal era irreal y fruto de manipulaciones tecnológicas mediante inteligencia artificial.