La Policía Nacional ha logrado desarticular una compleja organización criminal transnacional dedicada al tráfico de migrantes de nacionalidad cubana. En una operación llevada a cabo en colaboración con Europol y Eurojust, se ha detenido a 36 personas en diversas provincias españolas, implicadas en esta trama delictiva.
La red criminal operaba en varios países, incluyendo España, Serbia, Macedonia del Norte y Grecia. Según las investigaciones, la organización facilitó la entrada clandestina en España de al menos 67 personas procedentes de Cuba.
El modus operandi de la organización consistía en trasladar a los ciudadanos cubanos desde Cuba hasta Serbia en avión. Desde allí, los migrantes eran transportados en coche hasta Grecia, atravesando Macedonia del Norte. Una vez en Grecia, los migrantes volaban a España utilizando documentación falsa o sustraída a ciudadanos españoles.
Cada migrante habría pagado alrededor de 10.000 euros a la red criminal para poder ingresar en España. La operación policial culminó con 36 detenciones, incluyendo a los cuatro cabecillas de la organización, quienes fueron arrestados en Alicante y Málaga y actualmente se encuentran en prisión provisional.
Dos de los líderes se encargaban de captar migrantes, obtener billetes y facilitar cartas de invitación para entrar en Serbia. Los otros dos organizaban la ruta terrestre y proporcionaban documentación para llegar a España.
La investigación, dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número dos e impulsada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, comenzó en enero de 2023. Las autoridades alemanas alertaron a la Policía Nacional tras detener en uno de sus aeropuertos a una ciudadana cubana procedente de Belgrado con destino a Madrid, quien portaba un DNI español sustraído.
El equipo investigador descubrió que el grupo criminal captaba a los ciudadanos cubanos a través de una web que simulaba ser una agencia de viajes legal. Los trasladaban hasta Belgrado, generalmente haciendo escala en el aeropuerto alemán de Frankfurt, y luego a Grecia por tierra.
El traslado terrestre era realizado por «conductores piratas» y guías conocidos como «coyotes«, quienes facilitaban los cruces fronterizos de manera clandestina. Estos métodos ponían en peligro la vida de los migrantes, obligándolos a viajar en los maleteros de vehículos que circulaban a gran velocidad.
La organización criminal también tenía cuentas bancarias en Bélgica, utilizadas para recibir el dinero de los migrantes. Estas cuentas fueron abiertas con documentación falsa.
Durante el operativo, se realizaron tres registros domiciliarios en Alicante y Málaga, donde se incautaron más de 7.000 euros en efectivo, así como abundante material informático y documentación relevante para la investigación.