En los últimos días, un video de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha circulado ampliamente en redes sociales. En este video, Harris parece alargar sus palabras, lo que ha llevado a algunos usuarios a afirmar que estaba ebria durante su discurso. Sin embargo, esta afirmación es falsa. El video ha sido manipulado mediante una técnica conocida como shallowfake, donde se ralentiza la grabación original para distorsionar la percepción del espectador.
El origen del video se remonta a una emisión de Sky News Australia, publicada el 22 de noviembre de 2022. En la versión original, Harris se expresa con normalidad, pero al comparar ambas grabaciones, se observa que el video viral ha sido ralentizado. En el video manipulado, Harris tarda 30 segundos en decir lo que en el original pronuncia en 24 segundos. Esta diferencia de tiempo es clave para entender la manipulación.
La grabación corresponde a un evento oficial durante la visita de Harris a Filipinas en 2022. Durante este viaje, participó en un debate sobre el empoderamiento de mujeres y niñas, junto a la embajadora de Estados Unidos en Filipinas, Marykay Carlson. El evento fue parte de una serie de actividades destinadas a fortalecer las relaciones entre ambos países.
La técnica utilizada para manipular el video se denomina shallowfake. A diferencia de los deepfakes, que utilizan inteligencia artificial avanzada para crear imágenes o videos falsos, los shallowfakes son manipulaciones más simples que implican la ralentización o congelación de fotogramas. Esta técnica ha sido utilizada anteriormente en otros casos de desinformación, como el video manipulado de Nancy Pelosi en 2023.
Es común que los desinformadores utilicen estas técnicas para desacreditar a figuras políticas, presentándolas en situaciones comprometedoras. En el pasado, se han difundido videos similares de otras personalidades políticas, como Yolanda Díaz e Isabel Díaz Ayuso, con el mismo propósito de engañar al público.
La manipulación de videos es una herramienta poderosa en la era digital, capaz de influir en la opinión pública y sembrar dudas sobre la credibilidad de líderes políticos. Es crucial que los usuarios de redes sociales sean conscientes de estas prácticas y verifiquen la autenticidad de los contenidos antes de compartirlos.
En conclusión, el video de Kamala Harris no es más que un ejemplo de cómo la manipulación de contenido puede ser utilizada para desinformar. La responsabilidad recae tanto en los creadores de contenido como en los consumidores, quienes deben estar atentos y críticos ante la información que consumen y comparten.