En agosto de 1982, la Asamblea General de la ONU en su periodo de sesiones de emergencia sobre la cuestión de Palestina, quiso hacer algo con el inmenso problema del gran número de niñas y niños palestinos y libaneses que habían sido víctimas de los actos de agresión de Israel, y decidió conmemorar esta fecha, el 4 de junio de cada año, el Día Internacional de los niños víctimas inocentes de la agresión.
Los objetivos finales son: reconocer el dolor y el sufrimiento de estos niños y ser parte de un cambio de conciencia a nivel mundial para que todos nos impliquemos en esta causa y, construir un lugar seguro para los niños donde puedan crecer y desarrollarse como personas íntegras, sin el sufrimiento y el dolor que implican las guerras y los conflictos. Con ello, se reafirma el compromiso de la ONU de proteger y velar los Derechos del Niño.
La Resolución se basaba en los esfuerzos de la Asamblea General para proteger los derechos de los niños, en particular mediante la Convención sobre los Derechos del Niño y su >Protocolo Facultativo, y las resoluciones anuales sobre los Derechos del Niño. Establecía además, el mandato de un Representante Especial del Secretario General para el asunto. Las Naciones Unidas han adquirido un firme compromiso para proteger a la infancia.
La Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 nos proporciona el plan maestro universal para asegurar un mejor futuro para los niños. La nueva agenda mundial de desarrollo sostenible, que incluía por primera vez una meta especifica centrada en poner fin a todas las formas de violencia contra los niños, exige: poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños.
La guerra en Ucrania está teniendo un impacto devastador en los 7,5 millones de niños del país. Cientos han muerto, muchos más han sido heridos y están profundamente traumatizados por la violencia que los rodea. UNICEF denuncia la aún más preocupante situación de los que están en orfanatos, internados y otras instituciones que albergaban a más de 91.000 niños, más de la mitad con discapacidades.
En Siria, durante los últimos 4 años, los niños han sido testigos todos los días de la violencia y de la muerte, y han tenido que acostumbrarse a vivir sin los elementos más básicos. Unos 14 millones de niños de la región sufren las consecuencias de los cada vez más intensos combates.
En Yemen la situación empeora por momentos y el grave conflicto que vive el país pone en peligro la vida de casi 8 millones de niños. 153 niños han muerto desde que comenzaron los bombardeos y 260 han sufrido mutilaciones.
En Nigeria los ataques de grupos armados se han intensificado en los últimos meses, provocando que más de 1 millón de personas en el noreste hayan tenido que huir de sus hogares. Muchos niños han quedado separados de sus familias. Sin la protección de sus familias, estos niños tienen mayor riesgo de explotación y pueden ser captados por grupos armados.
Además, en al menos tres cuartas partes de los 27 ataques suicidas registrados de enero a mayo de este año en el noreste de Nigeria han sido utilizados mujeres y niños. Menores han sido utilizadas para detonar bombas o cinturones con explosivos en lugares concurridos como mercados y estaciones de autobuses. Los niños son los más vulnerables en este tipo de situaciones y reciben todo tipo de agresiones físicas, psicológicas y emocionales. Aunque las agresiones a los niños están prohibidas en las leyes de la guerra, la realidad es que ellos son los que más sufren las consecuencias.
Además del homicidio, la violencia sexual y el secuestro, muchos niños son reclutados como soldados y otros quedan abandonados sin ningún tipo de ayuda humanitaria. Escuelas y hospitales son atacados masivamente. Debemos hace más para proteger a los 250 millones de niños que viven en países y zonas afectadas por los conflictos, incluyendo su protección contra los ataques de extremistas violentos. También es necesario promover el derecho internacional humanitario y los derechos humanos y garantizar la rendición de cuentas. Eso supone la escalofriante proporción de uno de cada diez niños en todo el mundo. En la actualidad, países como Siria, Yemen, República Centroafricana, Sudán del Sur o Nigeria son los que más sufrimiento infantil concentran.
Desde el Colegio de la Psicología de Ceuta se insta a todo el mundo a unirse a esta labor de sensibilización.