Periodista de profesión y dibujante de vocación, ha vivido en primera persona la perspectiva migratoria que supone la fuga de cerebros de España a Inglaterra. Asimismo, pasó por Grecia donde pudo investigar cómo vivían los refugiados sirios. Tras su retorno a España ha fusionado sus dos pasiones en un cómic, ‘Dibujantes de huellas’, donde a través de viñetas azules, rojas y verdes explica tres realidades
Diana Moreno es una periodista madrileña que ha experimentado, como gran parte de los egresados universitarios, la fuga de cerebros de España a cualquier parte del mundo para labrarse un futuro. Cuando terminó la carrera, al no encontrar trabajo, migró a otro país para poder hacerse un hueco en el mundo laboral. «Estuve unos cuantos años sin trabajar de lo mío como a muchas personas de mi generación», explica la periodista, que ahora ejerce su profesión a tiempo completo, compartiéndolo con su faceta más creativa a través del dibujo.
Por ello, además de vivirlo ha decidido contarlo como ella sabe, escribiendo a través de ilustraciones en su cómic ‘Dibujantes de huellas’. Moreno siempre ha apostado por un periodismo más social, «que apueste por el cambio». En él habla en primera persona sobre su experiencia migratoria en Inglaterra durante tres años y su retorno a España, pero también en segunda persona en su encuentro con personas refugiadas sirias a su paso por Atenas, en Grecia. Tres realidades que plasma en tres colores monocromáticos: azul, rojo y verde.
«Tenemos la imagen de que las personas migran exclusivamente de temas económicos, temas laborales o por fuerza mayor, pero hay tantas decisiones como personas y hay muchos factores migratorios«, analiza la madrileña. Motivación para crecer personalmente, para aprender un nuevo idioma o hasta migrar por amor son otras de las variables que Moreno ha reconsiderado. Esta última cuestión la abordó en un artículo de opinión que se viralizó en el periódico ‘Público’. «Nos movemos por motivos muy diversos, no solamente los que se suelen hablar».
Moreno se ha enfrentado a dos de estas decisiones: migrar a Inglaterra y retornar a Madrid. «Me he dado cuenta que las relaciones personales tienen un papel muy importante en esta toma de decisiones. Yo estuve allí tres años porque tenía un grupo de amigos, si no me hubiera vuelto antes. Es más fácil sobrevivir en un país diferente cuando tienes a alguien que cuando estás solo».
Migración y discriminación
La periodista es consciente de que, por desgracia, para la sociedad existen migrantes de primera y de segunda. «Los refugiados ucranianos han sido presentados a la opinión pública de una forma muy diferente a los refugiados sirios«, critica la joven enfocándose en los medios de comunicación. Habla de la empatía que ha habido hacia las personas que han huído de Ucrania, pero se pregunta qué pasa con el resto de migrantes.
En ‘Dibujantes de huellas’ la realidad supera la ficción. Por eso, una de las partes está tratada desde la autobiografía donde Diana Moreno cuenta sus huellas por Inglaterra a través del color azul, que es más frío. Sin embargo, el capítulo de Atenas lo hace dándole voz a otras huellas, la de los refugiados sirios que pasaron por Atenas, haciéndolo a través del color rojo, más cálido. El color verde es el color del retorno, de la esperanza, de su regreso a Madrid para poder continuar con su carrera profesional. «Me dio por mezclar varios géneros, la primera parte es autobiográfica y la segunda parte es más periodístico«, perfila que explica que los personajes son reales aunque están adaptados. En Atenas estuvo un mes para llevar a cabo su Trabajo Fin de Máster. Allí se sumergió en la investigación de unas uniciativas que le llamaron mucho la atención, como son unos edificios ocupados en un barrio que albergaban a gente refugiada. «En algunos vivían hasta 200 personas y se organizaban entre ellos con ayuda de personas que venían de otros países», relata la periodista, que utulizó esto para llevar la base de su relato.
Desde la búsqueda de una vivienda, de un trabajo, de las relaciones personales, hasta los matrimonios para conseguir documentación, son otras de las cuestiones que Moreno trata en su cómic. «Ahí descubrí que eran chavales como yo que ellos tenían unas preocupaciones del día a día que yo no tenía ni comprendía, ellos tenían que casarse entre ellos porque si no les deportaban«, argumenta la madrileña.
Una migración «privilegiada», así lo aclara Moreno para poner distancia entre quienes lo hacen para poder desarrollarse profesionalmente ante falta de oportunidades y quienes lo hacen para sobrevivir. «Yo he tenido mucho cuidado con no comparar mi experiencia con la de otras personas que han tenido rutas más difíciles porque no es lo mismo que la de una persona refugiada, o una persona sin papeles».
Ceuta, un lugar de paso en la ruta migratoria
Recuerda la crisis migratoria de mayo de 2021, así como la devolución de menores que hoy cumple un año, y se pregunta quién se beneficia del dinero público de la Unión Europea así como las políticas fronterizas. Diana Moreno le ha puesto color a cada migración que ha conocido de forma más directa o indirecta porque así han reconducido su historia y si tuviera que escribir y dibujar sobre Ceuta, lo haría con tonos cálidos, aunque lo mezclaría con otros colores por los matices que presenta la ciudad autónoma. «Como ciudad fronteriza tiene que haber muchas historias», asegura mientras confiesa que sería «genial» hacer un capítulo de Ceuta.