Grabar un vídeo íntimo y enviarlo sin permiso de quién allí aparece te hace culpable. Recibir un vídeo íntimo y compartirlo sin permiso de quien allí aparece te hace culpable. Recibir un vídeo íntimo y no denunciarlo ante las autoridades nos hace cómplices. Todas las personas que tienen acceso a esos contenidos, sin permiso, son responsables y cómplices de viralizar imágenes privadas.
Verónica, una mujer de 32 años, se ha suicidado porque sus compañeros de trabajo han difundido masivamente un vídeo sexual suyo, grabado hace cinco años. Se estima que el vídeo llegó a los y las 2.500 trabajadoras de la empresa de automoción, y también a su marido.
Ahora, un compañero de trabajo de Verónica, con el que tuvo una corta relación, se ha puesto en el punto de mira de la investigación. La Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que ella misma fuera quien le enviara el vídeo a este compañero hace cinco años y éste lo habría reenviado a un grupo de compañeros en la actualidad.
La empresa dijo que era un asunto personal
Verónica tiró de sindicatos. Según informa La Sexta, Comisiones Obreras la acompañó a una reunión con la empresa y aseguran que la respuesta fue que se trataba de un asunto personal. Desde el Sindicato han anunciado que lo levarán ante la inspección de trabajo «por el claro incumplimiento de la ley de igualdad y la ley de prevención de riesgos laborales». CCOO denuncia que en la empresa no se activó el protocolo de acoso. Por su parte, desde el sindicato CSIF piden una investigación de oficio.
Responsabilidad penal y moral
La reforma del Código Penal del 2015 establece prisión de tres meses a un año o multas por la difusión de imágenes íntimas sin permiso, aun cuando se haya grabado con el consentimiento de la persona que aparece en él.
Cuando la grabación es consentida, pero no se consiente su difusión, las penas pueden ser de tres meses a un año de prisión. Si, por el contrario, no hay consentimiento para su grabación ni en la difusión, la condena puede ser de hasta cinco años. Las condenas se agravan si hablamos de menores de edad o personas vulnerables, pudiendo llegar hasta los 7 años de prisión.
Pero, no sólo lo penal es importante. Existe una responsabilidad moral que en estos casos debe ser fundamental. Como individuos debemos ser capaces de discernir entre lo correcto y lo no correcto. Entre lo moral y lo inmoral. Basta con hacer una pregunta, ¿te gustaría que el vídeo sexual que está rulando por las redes sociales fuera tuyo?. Según Dolores Escalante, decana del Colegio de Psicología de Ceuta, es no. Según Escalante «ansiedad, y dependiendo de cada persona puede remover otros asuntos pendientes, como puede ser un duelo, una gran frustración por la injusticia que produce esto y que no se puede parar». En cuanto a cómo podemos contribuir o no a que esto siga pasando, la psicóloga es clara «es necesario una sensibilización y cuales son las consecuencias para las víctimas. Este tipo de sensibilización hay que tratarlo con niños y niñas, y enseñar a que los demás no se rían, no es un juego».
Por su parte, Carlos Alonso Hiecke, abogado, señala que la responsabilidad penal y civil existe. «Estos actos son constitutivos de delitos, en este caso, estos hechos podrían quedar enmarcados en los delitos contra la integridad moral o sexual e incluso también el descubrimiento y revelación de secretos o contra el honor» explica el abogado.
¿Dónde están los límites?
Recibir y enviar un vídeo con contenido sexual o íntimo sin permiso expreso, es algo perseguible por vía penal y vía civil. «En 1982 se publico una Ley Orgánica que tiene como fin proteger en vía civil el derecho al honor, la intimidad y la propia imagen de las personas, Pueden llegar a indemnizaciones muy grandes y a penas de prisión», nos explica Carlos Alonso Hiecke.
Para la decana del colegio de psicología, Dolores Escalante, de Ceuta la responsabilidad individual es fundamental. Explica que «si yo lo comparto soy responsable de que esto se comparta». Según la experta, hay que «apelar a la responsabilidad individual de cada uno para parar esto. No vale con mirar para otro lado. Hace falta un gran trabajo de sensibilización».
El movimiento se demuestra andado, para ello, si recibimos un vídeo con contenido sexual debemos denunciar, pese a que, como explica el abogado, Carlos Alonso Hiecke, «hay delitos que solo son perseguibles por a instancia de parte, son derechos personalísimos que no afectan a al sociedad en su conjunto». Carlos Alonso Hiecke, insiste, «la Ciudadanía tiene derecho a comunicarlo y que las autoridades competentes actúen».
Hiecke reconoce que en la legislación relacionada con todo lo virtual, estamos todavía un poco verdes. «No hay un marco regulatorio específico para estos delitos, pero se puede aplicar el código penal actual y son perseguibles». Carlos Alonso Heicke deja claro que si un vídeo se difunde, todos son cómplices porque «todos ellos están atentando contra la integridad moral y sexual, esta el que graba y lo publica, pero el que lo reenvía también está cometiendo este delito».
En Ceuta hay casos conocidos, pero ninguna de las víctimas puso demanda ni denuncia, los expertos señalan que es el problema de los sitios pequeños. Las mujeres prefieren dejar pasar el escarnio público y esperar a que se olvide, porque «la víctima se siente culpable y asume toda la responsabilidad de los hechos».
Buscadores de vídeos pornos
María Martín de Formación feminista, ha denunciado a través de Twitter, que las palabras más buscadas en una página de vídeos pornográficos, son ‘Verónica’, ‘Verónica Madrid’ y ‘Trabajadora Iveco’. Esto ya ocurrió con la violación de San Fermín, que fue grabada en vídeo sin consentimiento de la víctima y que fue difundido en redes sociales.
Algunos de los comentarios que se pueden ver a raíz de la denuncia en el hilo de Twitter son: «No me sorprende, con el de la manada lo mismo, todo lo desagradable, sexual y violento les da morbo y les gusta, son alcahuetes machistas que satisfacen su puta misoginia haciendo de mirones» o «Joder. Luego dicen que el feminismo no es necesario. Sé que todos los hombres no son así, pero si hoy yo fuera un hombre se me caería la cara de vergüenza. Los que buscan el video podrían hacerle un favor a la humanidad y morirse. Que puto asco».