La ministra de Transporte del Reino Unido, Louise Haigh, ha presentado su dimisión este viernes tras admitir que mintió a la Policía en 2013 sobre el supuesto robo de su teléfono móvil. Este escándalo ha provocado el primer cambio significativo en el gabinete del primer ministro Keir Starmer, que ha designado a Heidi Alexander, hasta ahora secretaria de Estado de Justicia, como su sucesora.
En su momento, Haigh denunció a las autoridades que su teléfono móvil y otros objetos habían sido robados durante un supuesto atraco. Sin embargo, posteriormente encontró el dispositivo en su propia casa, según ha confesado. En 2014, la ahora exministra se declaró culpable de haber proporcionado un falso testimonio, un hecho que ha salido a la luz gracias a las revelaciones de Sky News y The Times.
En una carta dirigida a Starmer, Haigh describió el incidente como un «error», explicando que no notificó a la empresa de telefonía cuando halló el teléfono porque no buscaba ningún tipo de beneficio personal. A pesar de esto, reconoció que su continuidad en el cargo podría convertirse en una «distracción» para el Gobierno y decidió dimitir.
El nombramiento de Heidi Alexander como nueva ministra de Transporte marca un cambio en el gabinete de Starmer, en un contexto en el que el primer ministro busca consolidar su liderazgo. Alexander, conocida por su experiencia en gestión pública, asume ahora la responsabilidad de dirigir uno de los sectores clave del Ejecutivo británico.
Este caso subraya las tensiones políticas y la importancia de la transparencia en un momento en el que Starmer busca fortalecer la confianza pública en su gobierno.